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sucesos - VIERNES, 8 DE AGOSTO DE 2008


Escena del accidente. archivo.

Rescate en un accidente
 

Héroe por accidente

El 13 de julio hubo una fuerte colisión en
la carretera de San Amaro entre dos automóviles, un ciudadano anónimo intervino para estabilizar a uno de los jóvenes que presentaba lesiones de evidente gravedad
 

CEUTA
Fernando M. Caracena

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El pasado 13 de julio se produjo un accidente en la carretera de San Amaro en la que dos automóviles colisionaron a la altura del tanatorio por lo que dos jóvenes tuvieron que ser trasladados al hospital de la Cruz Roja. Tres días más tarde en una reflexión sobre la velocidad, la juventud y la conducción el periodista de opinión de este diario, Jesús Carretero, explicó que los dos ocupantes habían sido asistidos por los Bomberos, mal informado por el redactor que cubrió(í) el suceso.

Hace unos días llegó una carata al periódico dirigida a Carretero de un lector que “compartía” las disquisiciones del columnista pero que narraba la escena de rescate de los jóvenes tal y como había sucedido: “Estuve a punto de colisionar, por unos segundos, con el coche rojo (Golf), gracias a mi lenta marcha, al ABS y quién sabe si a San Cristóbal y/o Ángel de la Guarda, no colisione”. El sujeto, que desea guardar el anonimato, se encontró entonces con la silenciosa escena del accidente: un coche volcado sobre la carretera y otro estrellado contra uno de los postes del cableado telefónico: “El conductor ya había salido del vehículo y la puerta estaba abierta, sólo un chico joven estaba dentro del vehículo, ubicado en el asiento del acompañante cuyo estado, nada más verle me preocupó”. El individuo al ver que el muchacho emitía un profundo “ruido de ronquera” procedió a tomarle el pulso en la zona de la yugular “a falta de un objeto que hiciera las veces de un depresor, utilicé mi dedo meñique para evitar que se tragase la lengua”. Un joven que habían presenciado el accidente se acercó para colaborar, el conductor del otro automóvil fue esa mañana igualmente asistido por gentes del barrio de San Amaro: “Le di instrucciones de como debía sujetarle la cabeza en la posición adecuada. A modo de protección con un pañuelo en la nariz del accidentado empecé a insuflar fuertemente aire, en el momento en el que el muchacho terminaba de exhalar. Creo que a la octava o décima vez, el joven entró ya en estado de relajación y abrió los ojos”.

El benefactor empezó a hacerle preguntas para ver el estado de conciencia en el que se encontraba el muchacho. Una tía del accidentado que se encontraba en el lugar le hizo saber que las respuestas eran las correctas y el chico no divagaba. Llegó algo más tarde el servicio de urgencias del 061 y de Bomberos. Dos sanitarios que tomaron posición en el asiento trasero y colocaron al joven un collarín. El asistente del siniestrado informó de las condiciones en las que había encontrado al muchacho y las maniobras que había realizado. El hombre salió del otro automóvil, subió al suyo y se fue: “El sentido anónimo de la presente, es que no quiero se protagonista de nada. Sólo socorrí al alguien como me hubiera gustado a mí”.
 

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