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OPINIÓN - SÁBADO, 9 DE AGOSTO DE 2008

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Alcaldesa Perpetua
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Además de Patrona y Madre de toda la población ceutí.

Es, sin lugar a dudas, más que un mero símbolo, es la representante, sencilla y la protectora a ultranza de esta ciudad, en los momentos que más lo necesite. Me refiero a Nuestra Señora de África.

Sin quererlo ella, eso es claro, la noche del martes fue la verdadera protagonista, el centro al que se dirigieron miles y miles de miradas, en su marcha procesional, desde el atardecer.

Centenares de ceutíes y de otras personas venidas, expresamente para ello, siguieron la procesión, de esta Virgen Morena, que durante todo el año se está “preocupando”, está mirando los pasos de cada uno de los hijos de Ceuta.

Estos ceutíes, los que estaban aquí ese día, vinieron a agradecer la protección de que viene haciendo gala, por parte de la Virgen, a todo lo que atañe al pueblo de Ceuta.

La procesión de Nuestra Señora de África es una fiesta especial. Es el momento clave en el que se muestra el fervor y el cariño por parte de todo un pueblo a su patrona.

España, mal que le pese a más de uno, en cada pueblo, grande o pequeño, tiene una protectora, una madre que cuida y se preocupa de sus hijos, lejos de los revoltijos con los que actúan los políticos.

Y ante la Patrona, todos son iguales. Aquí es mirado exactamente igual el que quiere dejarse ver sobre los demás, que aquel que humildemente pide lo más imprescindible.

Por eso, en cada pueblo, la fiesta mayor no es la de la Comunidad Autónoma, por ejemplo, que se ha convertido en un parche político en el que muy pocos creen. La fiesta mayor, debo repetirlo, es la de la Patrona, que con sencillez, sin aportar lujos como se dan en otras solemnidades y con gran seriedad, une por un día o por unas horas a todos los habitantes del pueblo en torno a ella.

En Ceuta, ciudad española hasta la médula, su patrona, también, está por encima de todo lo demás y ya es significativo el que, en estos momentos, en los que parece que todos los signos de la más pura tradición católica, empiezan a estorbar a ciertos sectores de la política, cuando ha llegado este día, al atardecer del día 5 de agosto, un tremendo gentío arropara, durante toda la procesión, a la Virgen de África.

Las modas de los políticos pueden tener sus días o meses en alza, el sentimiento de las raíces profundas de la formación de los pueblos, no puede ser arrancado por falsas promesas de pseudoprogresismo que se queda en eso, en pseudo, sin verse jamás lo del progreso.

Ahora que tanto se habla de protagonismo, por marcar un gol, pedalear mejor que los otros, dominar la raqueta en la hierba o en la tierra, como nadie, hubo unas horas en las que los habitantes de Ceuta se olvidaron de eso, dejaron todo ello de lado, para hacer protagonista de una noche festiva de ferias a la Virgen de África.

Y no marchó en procesión de cualquier forma, puesto que desde hace trece años la Virgen, Nuestra Señora de África, sale en procesión llevada por unos devotos costaleros que avanzan con lentitud, como queriendo retrasar el momento en el que debe volver a su iglesia.

Y es que, con la vuelta a esa iglesia, Nuestra Señora de África, allí va a permanecer todo el año, bendiciendo y protegiendo a Ceuta y a todos los ceutíes, sean de la raza o de la cultura que sean.
 

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