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					Aveces, la experiencia es junto a la veteranía un grado y 
					este periodista portugués de madre malagueña se ha ganado, a 
					pulso, su indudable reputación en una zona tan convulsa y 
					encanallada como Oriente Medio, en la que como profesional 
					siempre ha intentado mostrar las dos caras de la tragedia. 
					Veterano corresponsal de “La Vanguardia” y “Antena 3” 
					(muchas veces le habrán visto informando, a pie de campo, 
					desde cualquier lugar de Israel o Palestina) además del 
					diario israelí “Maariv,” me comentaba todavía ayer que ésta 
					era “una tierra con demasiada metafísica para tan poca 
					física” y en la que “es más fácil predecir lo que va a pasar 
					dentro de treinta años, como imposible conocer el mañana”. 
					Almorzando en Madrid el pasado diciembre, junto a otros 
					entrañables contertulios, Henrique nos comentaba la 
					excelente impresión que, entre sirios e israelíes, había 
					dejado el ministro Miguel Ángel Moratinos. 
					 
					De familia hebrea sefardí emparentada con los Benarroch, 
					acogida en Tetuán tras la forzada diáspora de 1492 “pero que 
					siempre mantuvo sus vínculos con España”, Henrique Cymerman 
					recuerda aun con nostalgia sus veraneos en Melilla (la 
					Feria, la Hípica…), “donde se trasladaron mis antepasados a 
					finales del siglo XIX” y “ciudad de la que guardo un 
					recuerdo muy vivo pues, pese a todas las dificultades, es un 
					inusual ejemplo de convivencia entre pueblos y religiones 
					diferentes” Galardonado internacionalmente por su trabajo, 
					prepara en la actualidad una segunda versión de su libro 
					“Voces desde el Centro del Mundo”, traducido a cinco 
					idiomas. Nuestro personaje de hoy es un hombre triplemente 
					comprometido: con su profesionalidad, con la defensa de 
					Israel y con el ineludible proceso de paz, siendo el último 
					periodista en entrevistar al estadista Isaac Rabin antes de 
					caer asesinado, en noviembre de 1995. 
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