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                     Es una realidad palmaria que las 
					regiones del Norte de Marruecos están sufriendo a lo largo 
					de algo más de un lustro de un desarrollo jamás en su 
					historia marroquí antes conocida. De hecho, lo poco de 
					moderno con lo que contaba la zona adyacente a la Ciudad 
					Autónoma [provincia de Tetuán] eran las infraestructuras que 
					España dejó cuando en 1956 Marruecos obtuvo la independencia 
					como país. Han tenido que pasar más de cuarenta años para 
					que Mohamed VI hiciera lo que su padre de monarca no hizo 
					como castigo a los ‘rebeldes’ del Norte. Pero la 
					sensibilidad del actual monarca a esta región donde veraneó 
					desde su más tierna infancia y la amplia cultura de la que 
					dispone como consecuencia de su periplo preparatorio como 
					sucesor, le hizo atisbar un horizonte de riqueza como país 
					cercano a la Europa mediterránea e, incluso, a la política. 
					Si Algeciras es el puerto de referencia para Europa, Tánger 
					lo puede ser para el Africa en desarrollo y si la orilla de 
					enfrente [Costa del Sol] soporta el ‘overbooking’ veraniego 
					con localidades cimentadas hasta los dientes, la orilla Sur 
					del Mediterráneo tiene el mismo clima y puede erigirse en el 
					espejo de la Málaga provincial costera. Desde los límites de 
					Ceuta hasta los de Melilla, Marruecos tiene donde construir 
					excepcionales oasis del ocio y el lujo a un coste muy por 
					debajo de los niveles medios europeos. Y lo está haciendo. 
					Eso lo ha detectado la industria inmobiliaria española que 
					pese al ‘batacazo’ de Fadesa en España, persiste con cierto 
					hilo de vida después de dulcificar su caída las empresas 
					próximas a la realeza. Cruzar el Tarajal y adentrarse a muy 
					pocos kilómetros de Marruecos da muestra de que la 
					estrategia de desarrollo vía inmobiliaria funciona. Pero 
					también lo hace la industial y la de la logística. Las 
					infraestructuras se han modernizado, aunque aún queda lo 
					definitivo: crear las clases medias en las regiones del 
					norte marroquí. Y eso se hace creando puestos de trabajo 
					distintos al de los porteadores.  
					 
					Uno de los hombres más influyentes en Marruecos ha concedido 
					una entrevista exclusiva a EL PUEBLO hablando de la futura 
					región del Norte marroquí y ha invitado a los empresarios 
					ceutíes a sumarse a él. Todo un guiño. 
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