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cultura - SÁBADO, 30 DE AGOSTO DE 2008


David y José Muñoz. cedida.

ENTREVISTA / DAVID MUÑOZ, CANTANTE DE ESTOPA
 

«Ahora sí que podremos decir
que hemos tocado en los
cuatro rincones de España»

El Punto de Información Cultural de la
Gran Vía despachará también hoy sábado entradas para el último concierto del verano en las Murallas, el de Estopa, que lleva vendidas más de 3.000 localidades

CEUTA
Rober Gómez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

David Muñoz, el carismático cantante del dúo Estopa, asegura que tanto él como su hermano aguardan el concierto con especial interés en esta gira. “Ahora sí que podremos decir que hemos tocado en los cuatro rincones de España”, se congratula David, quien ha oído hablar de que el sitio en el que se ha montado el escenario es especialmente encantador. “Que yo sepa, nunca hemos tocado dentro de un conjunto monumental”, ríe y acto seguido me pregunta si es mejor viajar en helicóptero o en barco. “Yo viajaría en helicóptero, que es mucho más rápido, aunque nunca lo he hecho”, contesto. Rápidamente me aclara que él tampoco ha cogido nunca un helicóptero y no esconde cierta preocupación por el viaje.

 Pregunta.- ¿Ceuta es uno de los pocos sitios de España que os faltaba por visitar?

Respuesta.- Sí, y con muchas ganas. Ahora sí que podremos decir que hemos tocado en los cuatro rincones de España.

P.- No sé si os han informado que vais a tocar dentro de las Murallas Reales, un conjunto monumental precioso.

R.- Nos han dicho que el sitio es tan bonito que no nos vamos a olvidar del concierto. Que yo sepa nunca hemos tocado dentro de un conjunto monumental histórico, que yo sepa –risas–. Aunque a lo mejor sí lo hemos hecho.

P.- ¿Cómo es esta gira de presentación del disco ‘Allenrok’?

R.- Vamos a cantar las canciones del nuevo disco y también los temas que nos han llevado a hacer este último trabajo. La gente que venga al concierto va a poder escuchar las canciones que en su momento la gente hizo suyas, de todos nuestros discos de 2000, 2001, 2003 y 2004.

P.- Para este trabajo habéis recuperado colaboraciones de gente que tocó en vuestro primer y exitoso disco, ¿no es así?

R.- Sí. En el primer disco conocimos a Chonchi Heredia, que es una cantaora de Granada que canta de puta madre. Creo que ha sido la única voz femenina que ha salido en nuestros discos. Nunca se habían vuelto a cruzar nuestros caminos, pero en este disco sí que precisábamos de su energía para acompañar la primera canción, Cuando amanece, que creo que es una especie de Tu calorro evolucionado al siglo XXI.

P.- ¿Qué tal está funcionando el disco en cuanto a la venta?

R.- Hace ya tiempo que no pregunto, porque cuando se llega a los 200.000 discos vendidos parece ser que es un tope. Es un placer estar en el techo de la música después de diez años. Es para estar orgulloso.

P.- Sé que tuvísteis algún problema de piratería antes de publicar el disco.

R.- Alguien lo colgó en Internet incluso antes de que estuviese publicado. Que hubieramos vendido más es seguro, pero bueno, estamos contentos con las ventas que ha tenido el disco. Aparte del rollo de las descargas ilegales y el top manta, que pasa con todos los discos, nos molestó más que nos fastidiasen la posibilidad a nosotros mismos de dar la primicia de nuestro nuevo trabajo. No obstante, la gente ha respondido comprando el disco masivamente, por lo que tampoco le vamos a dar más importancia.

P.- ¿Cómo pudo ser que el disco estuviese colgado en Internet antes de llegar a las tiendas?

R.- A partir de ahora confiaremos en menos gente. Yo pensaba que la compañía lo tenía bien custodiado y ellos, supongo, que también lo pensaban; pero al final alguien metió la gamba y lo puso donde no lo tenía que poner, en una página de estas en la cual se suponía que sólo iban a colgar 20 segundos, pero el hecho es que estuvo 24 horas al acceso de todo el mundo y se descargaron 256.000 copias del disco.

P.- ¿Es Internet una herramienta útil para las bandas que empiezan y un problema para las que ya están consolidadas?

R.- Realmente supone más problemas para los grupos que empiezan, aunque sirva para darlos a conocer y que puedan demostrar su talento; pero claro, las compañías lo que hacían es de filtro, porque en Internet no hay filtro: te encuentras desde lo más friki hasta gente que perfectamente podría grabar con una compañía. El problema es que las compañías ya no van a apostar nunca más por grupos jóvenes, creo que eso se ha acabado. En nuestro caso, vendemos menos discos, pero los grupos como nosotros ya estamos establecidos. Cuando las compañías fichan un grupo nuevo es de agradecer, pero eso se va a acabar. Será de otra manera.

P.- ¿Se puede realmente luchar contra la piratería o es ponerle puertas al mar?

R.- Es como querer poner el mar en un cubo de agua. No se puede hacer nada, porque no se puede luchar contra algo que es gratis. Encima, ahora con la crisis tampoco le puedes decir a la gente que compre este u otro producto, aunque en realidad sería lo ético: comprar los discos como se compran el resto de productos del mercado.

P.- Estoy oyendo llorar a un niño, ¿es tu hijo?

R.- Claro. Este sale en todas las entrevistas.

P.- ¿Cómo se lleva lo de ser padre de familia y estrella de rock al tiempo?

R.- Lo llevo bien. No es complicado. Éste, por ahora, no se entera de nada; y espero que no se entere por el momento.

P.- Hablemos de vuestros comienzos. Yo soy de Santander y recuerdo que en 1999 tocásteis en una sala no para más de 30 personas y dos años después llenásteis el Palacio de los Deportes con 6.000 aficionados. ¿Cómo se vive un éxito tan descomunal en tan poco tiempo? ¿Os afectó?

R.- Nos afectó. Aunque nosotros decíamos que no nos afectaba y que estábamos con los pies en el suelo y bla, bla, bla, bla, bla; ahora, pasado el tiempo, nos damos cuenta que no estábamos con los pies en el suelo y que sí que nos afectaba. Te cambia el trabajo. De tocar para cien personas a hacerlo para 20.000... te raya. Nosotros tenemos nuestro mecanismo para quitarle importancia a las cosas. Por ello nos gustaba pensar que éramos el grupo de moda del año 2000 y que con el siguiente disco todo pasaría. Sin embargo, con el siguiente trabajo siguieron comprando muchas copias y a las giras seguía viniendo un montón de gente. Sacamos un tercer y cuarto disco y manteníamos el éxito. La gente nos ha demostrado que no éramos una moda de un año.

P.- ¿Cómo se lleva la fama, no poder salir a la calle sin que os reconozcan?


R.- Como todo en la vida, la fama tiene cosas buenas y cosas malas, pero yo estoy contento no con la fama, sino con el reconocimiento de la gente y el trabajo que tengo. Yo, más que fama, prefiero llamarlo reconocimiento de la gente. Cuando a alguien le gusta tu trabajo y te agradece que hayas compuesto esas canciones, eso es muy bonito, ¡qué quieres que te diga! Luego hay un tipo de fama que le da igual que seas Dinio o Serrat –risas–. Esa fama no sirve absolutamente para nada, sólo para que salgas a la calle y te mire todo el mundo, sin que sepas si les gustas o no les gustas. De todas formas, la gente nos ha demostrado que es muy educada y nos tratan con muchísimo respeto. Creo que, por lo menos, les caemos bien –risas–.

P.- ¿Pensáis que vuestro primer disco, que es hasta la fecha el que más ha vendido, es todavía vuestro mejor trabajo?


R.- No lo sé. De este último estoy muy satisfecho, porque hemos podido hacer doce canciones que a mi hermano y a mí nos llenan. Nueve años después de grabar el primer disco, que para mí es mi disco de ensueño y sigue siéndolo, hemos hecho este trabajo que nos ha dejado muy satisfechos. Es verdad que por eso del sentimentalismo nunca podrá ocupar el lugar de nuestro primer disco. Era la novedad, fue una mezcla de canciones que teníamos de toda nuestra historia hasta ese momento. En los siguientes discos tuvimos que componer en un espacio de tiempo menor y eso es otra cosa. De todas formas, ¡estoy tan contento de que después de cinco discos sigamos haciendo las canciones que nos llenan! Me quedo con Allenrok y Estopa, el primero.

P.- Tras el éxito que os dio el primer disco, ¿os presionó la compañía para sacar otro trabajo cuanto antes para aprovechar la estela de ‘Estopa’?


R.- En ese momento sí. En el tercer disco también, pero ya dijimos stop. En el segundo trabajo nos dieron muy poco tiempo para componer, pero pudimos tirar de las canciones que hacemos día a día, porque para mí es una vocación, componer no me resulta un trabajo. Yo no tengo que componer, quiero componer. Eso es una suerte. En ese momento pudimos hacer Vino tinto, Volver a las andadas, Nasío pa la alegría... que sonaron muchísimo. En el tercero, el cuarto y el quinto nos hemos tomado un añito para no tener que forzar. Creo que es lo más saludable; y para el sexto disco imagino que nos tomaremos un poquito más de tiempo, porque para mí lo más importante no es tocar en muchos sitios ni ir a Miami a los Premios Grammy, porque si no paras no compones. Yo para componer necesito parar; y la madre del cordero de todo esto, para seguir adelante, es hacer buenas canciones. Queremos poder marcar nosotros los tiempos, que no nos los impongan.

P.- ¿La consolidación del éxito a partir del segundo disco os ha dado la posibilidad de tener más poder creativo e imponeos a la discográfica?


R.- Nuestro quinto disco está producido por nosotros. Si la compañía no quiere, ya puedes decir tú misa que no lo produces. La compañía tiene que dar el visto bueno junto a nosotros. Hay que tener un común acuerdo. Nos hemos ganado la confianza de la compañía. Cuando se lo dijimos a Paco Martín, que es un señor que hay en Sony, nos contestó que ya era hora de que se lo propusiésemos. Para nosotros ha sido todo un placer. Le hemos dedicado todo el tiempo del mundo a estas canciones, gustándonos.

P.- ¿Os consideráis tal vez los creadores de un género cañí que mezcla rock y rumba?

R.- Nunca pensamos que nosotros fuésemos creadores de nada. Lo que sí que pasa es que a veces escucho grupos que sí que se parecen a la música que nosotros hacemos. Eso nos hace bastante ilusión.

P.- ¿Qué opinión tienes de todos los grupos que salieron tras vuestro éxito, como Melendi?

R.- A mí me hace ilusión. Cuando salen grupos buenos, como El Último de la Fila o Radio Futura, siempre han salido después una legión de grupos inspirados en ellos. Evidentemente, está todo inventado, pero cuando algo te suena a algo es por algo. A nosotros no nos molesta, todo lo contrario. Lo que pasa es que luego ellos no lo reconocen -risas-, pero bueno, qué mas da.

P.- Tras diez años de carrera, ¿seguís teniendo las mismas influencias?


R.- Siempre tratamos de diversificar sonidos, pero tengo la impresión de que no lo hemos conseguido hasta ahora, con Allenrok. Siempre nos han dicho que hacemos el mismo rock y que las canciones no evolucionaban. Quizás me leo demasiado las críticas -risas-, pero sí que llevan algo de razón, para qué nos vamos a engañar. Hasta ahora no habíamos tenido la oportunidad de producirnos a nosotros mismos. Se ve que había algún productor que dijo que había que seguir con la misma manera de producir para que funcionase la cosa. Esta vez hemos querido darle una tuerca de vuelta a nuestro sonido, algo que no es nada fácil. Te dicen: “Inventate”. Joder, invéntate tú -risas-. Ahora nos hemos reinventado. Hay un tema de reggae; una balada de inspiración de los años 80; una canción de heavy metal como nunca habíamos hecho, de thrash metal, Jugar al despiste; hay alguna canción que recuerda a alguna banda sonora de alguna película inquietante de Tim Burton; una canción discotequera; y hay por supuesto una rumba catalana, pero sólo una. No nos hemos cortado ni un pelo.

P.- Última pregunta, ¿un mensaje para la gente que vaya a acudir al concierto?


R.- Que espero que se lo pasen tan bien como nos lo pasamos nosotros. Nuestro objetivo es que la gente que venga, cuando se vaya tenga unas ganas locas de irse de marcha a tomar algo; que les infudemos espíritu de marcha.
 


Un concierto muy especial para un ceutí en particular

Existe una anécdota no aireada sobre Estopa que dice mucho de los hermanos Muñoz. Más de 3.000 personas asistirán esta noche al concierto grande del Verano en las Murallas, pero nadie como un chaval ceutí que adora al grupo. Ya le gustaban hace unos años, antes de que David y José le llamasen a su habitación del Hospital de Córdoba en el que estaba ingresado para recibir un transplante de médula. Los Estopa tocaban ese día en la ciudad y se enteraron por una de esas casualidades imposibles, por un metre del hotel en el que comían, de que un fan suyo pasaba un mal rato en una cama de un hospital a la espera de una intervención quirúrgica de todo menos rutinaria –el chico ha pedido que no figure su nombre–. ¿Imaginan su cara cuando recibió la llamada? “Somos David y José, de Estopa”, supongo que dijeron. Durante media hora le estuvieron dando ánimos y al día siguiente recibió el disco firmado y dedicado por ambos. Si algún día me toca contestar a una de esas absurdas encuentas en las que periódicamente preguntan a los jóvenes españoles con quién les gustaría ir a tomar unas cañas, lo tengo claro: con los Estopa.
 

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