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OPINIÓN - LUNES, 1 DE SEPTIEMBRE DE 2008

 
OPINIÓN / Diccionario Ideológico del Islam

Ramadán (5)

Por  J. L. Navazo


El calendario islámico es de carácter lunar, computando el principio y fin de los meses según la primera percepción visual del creciente lunar en el cielo, componiéndose de 354 días y 8 horas, dando un cambio anual completo cada 36 años por lo que sus fechas cambian anualmente en relación al calendario gregoriano, adoptado por Occidente y reconocido en el mundo entero. Ramadán, el “mes santo” por excelencia para la “Umma” o comunidad musulmana, cae el noveno mes del calendario y en él las dos ramas del Islam (sunnís y shiítas) festejan memorables acontecimientos: la muerte de Khadiya, primera esposa del Profeta, la muerte de su yerno Alí, el nacimiento de Al-Husayn (nieto de Mahoma), la batalla de Badr y la conquista de La Meca. También se conmemora en este mes la revelación coránica en la “Noche del Destino” (laylat al-Qadr), en la que según la tradición el Corán “descendió” sobre el Profeta (suele celebrarse entre diez o cinco días antes de acabar el mes).

Ramadán es principalmente el mes del ayuno (sawm) por excelencia, uno de los cinco Pilares del Islam. Durante el día (desde la salida a la puesta del sol) está absolutamente prohibido comer, beber y tener relaciones sexuales, así como fumar o escuchar música profana. Están exentos de ello los niños (suelen asumir esta disciplina espiritual progresivamente y según la edad, primero ½ día, luego un día entero…), las mujeres embarazadas o lactantes, las personas viejas y los enfermos; también si fuera necesario los viajeros. Eso sí, salvo los ancianos y los muy pequeños, el resto deben “recuperar” los días perdidos de ayuno a lo largo del año. Se celebra con gran regocijo, tanto la llegada diaria de la noche como la ruptura final con la que se clausura el obligatorio ayuno del Ramadán, en la que tiene lugar la “Pequeña Fiesta” (`ïd al-Segher) en contraposición a la “Fiesta del Cordero” o Fiesta Grande, que tiene lugar dos meses después de Ramadán.

¿Es el Ramadán un mes “de paz”, como suele proclamarse?, ¿tan solo de ayuno, caridad y oración…?. Desde luego, en la tradición árabe preislámica sí era un mes sagrado de tregua, pero curiosamente en el mundo islámico están firmemente arraigados notables acontecimientos bélicos que empujan, a ciertas corrientes extremistas, a declarar precisamente este periodo el “mes de la yihad” o de la guerra santa, sirviendo de paradigma la batalla de Badr, comandada por el Profeta, así como la toma (pactada) de La Meca (618 de la Era Común) durante este mismo mes sagrado; el kurdo Saladino derrotó también durante un ramadán a los Cruzados en la batalla de los Cuernos de Hittim (4 julio 1187), junto al mar de Galilea; en otro ramadán, los mamelucos de Egipto lograron rechazar y quebrar el poder del Imperio Mongol en la batalla de Ayn Jalut (3 de septiembre de 1260). Más recientemente, marcó un hito la ofensiva lanzada por Egipto y Siria contra Israel en una fecha doblemente sagrada, el 6 de octubre de 1973: “Yom Kippur” (Día del Perdón), festividad de las más importantes para el Judaísmo y en pleno Ramadán (mes santo para el Islam); el nombre en clave del ataque árabe era simbólico y significativo: “Operación Badr”. Así mismo y en otro plano, solo durante el Ramadán de 2007 el terrorismo de matriz islamista golpeó en veinte países con 282 atentados (sinagogas de Estambul, Riad…), causando 1327 muertos; en Irak, el ejército norteamericano sufrió 80 bajas (Nota: véanse “Pilares del Islam” y “Noche del Destino”).
 

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