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OPINIÓN - DOMINGO, 7 DE SEPTIEMBRE DE 2008

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Y yo me vi pidiendo justicia
en el plató de Ana Rosa

 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Los socialistas hablan con cautela de “la crisis”. Los populares tienen a la crisis como monotema y acusan a los otros de utilizar la futura nueva ley del aborto como “cortina de humo”. ¿Por qué protestan con voces chirriantes? ¿Por la estulticia centrista que llama “humo” a lo que son restos triturados de seres humanos rotos? Vale. Apuntaré a esos tipos que hablen de “cortina de sangre y vísceras diminutas” y así todos quedan contentos.

Crisis, abortos, política de apaciguamiento para con los inmigrantes y para los onegetistas que se buscan la vida ayudando a los extranjeros… Y servidora de ustedes que, en la última semana de julio tuvo que alargarse a pedir justicia, de manera muy poco educada, al plató de Ana Rosa. Todo porque, el día anterior, una jueza había tenido a siete chiquitinas, víctimas de dos pederastas, en las puertas de los juzgados de Málaga. Sí, efectivamente, en la puerta de ese increíble bodrio al que llaman “Ciudad de la Justicia” donde, no solo está prohibido el paso a los familiares de los detenidos en el juzgado de guardia, sino que, malamente toleran que pasen víctimas.

Las niñas permanecieron a la intemperie con sus padres. Horas. Las declaraciones a trompicones, cuando buenamente le salía a la jueza de sus partes pudendas y realizadas con una frialdad tan solo atemperada por la apurada amabilidad del fiscal. Las niñas hicieron caca y pís en un descampado que sirve de improvisado aparcamiento, ni una puta ayuda psicológica, ni una miajita de calor humano. Así que, a la llamada televisiva respondimos que queríamos ir a denunciar al plató. Ya saben y conocen la temática. Nos la hemos aprendido de memoria con la detención televisada de la Pantoja, las fichas policiales de los “presuntos inocentes” vendidas al Interviú y las cámaras irrumpiendo en las casas de los imputados. Pues bien, si la televisión sirve para machacar honras y dignidades, para forjar juicios paralelos al capricho de “los de arriba” puede servir también para denunciar ese tipo de temas que parecen interesar tan poco a los politicastros. Denuncié, pregoné y al día siguiente, estaban las psicólogas atendiendo a las niñas.

Pero no era suficiente. Como abogada de las pequeñinas viví y sentí que , no todo en la justicia es violencia doméstica y que, las víctimas de los pederastas no tienen un protocolo riguroso y completo que las proteja desde el momento mismo de la denuncia en la policía. Y tienen derecho a ser atendidas y amparadas, como las maltratadas, a gozar de prioridad, instalaciones, atención inmediata y respuesta social fulminante. Así que presenté un escrito en la Subdelegación dirigido al Ministro de Justicia, el Bermejo, pidiendo el protocolo. Ni puto caso. Me dirigí entonces al Ministerio de Igualdad, por aquello de solicitar idéntica protección para los niños y niñas que han pasado por el infierno de abusos de los pederastas que para las de los malos tratos. Menos que puto caso. Me llamó, eso sí, una dama muy finolis diciendo que, para el tema de la pederastia había que dirigirse al Ministerio de Educación, pero que ellas, las de la Igualdad, no eran competentes. Eso es. La Aído no era competente para alargarse a Málaga, a la barriada de Mangas verdes y oír a las niñas contar como el Paco y el Tesorillo, que vendían chucherías en una pequeña casa mata, abusaban de ellas cuando iban a comprar y amenazaban con tirarlas al pozo del patio si se lo contaban a sus madres. Y el Paco les probaba su ropa interior masculina. Cosas malas. Miedo. Y gente de barrio, sencilla, trabajadora, rota por la pena del llanto de las niñas. Comiéndose. ¿Por qué nos rechazó la Ministra? ¿Por burocracia y organigramas de mierda? ¿Por la cuestión de “competencia” que pregonaba la dama finolis? ¿Existe la competencia cuando dos depravados someten a abusos sexuales a un puñado de niñas menores de ocho años?. El de Justicia, perdón, justicia, pasó. La de Igualdad nos ignoró.

Entonces nos fuimos a la concejala del PP, Mariví Romero y ayer recibí la llamada de un tal Pomares el pepero. Preocupado el hombre y con ganas de ayudar y de sacar adelante un protocolo. Pero la concejala no llamó. Así que, si desde la política y el poder no podemos sacar adelante el Protocolo para las víctimas de la pederastia, lo sacaremos desde el plató de Ana Rosa, mendigando por las televisiones y muy reconocidos porque, a la salida, nos regalaron una bolsa de plástico con una coca cola, un bocadillo de tortilla y una fruta. Y nos pagaron los pasajes en Spanair y el taxi.

Ni Bermejo ni Aído nos dieron a los dos padres y dos madres y a esta penalista, que de pasar fatigas perdió la vista, ni una bolsa de modestísimo catering, ni un triste sucedáneo de compasión, ni… ¿Qué digo compasión? ¡La compasión que se la metan por el culo! ¡Queremos justicia! Así que ¡De nuevo al plató de Ana Rosa!.

Y es que, a los españolitos, en verdad, hay veces que, nuestra España, nos hiela el corazón.
 

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