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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 10 DE SEPTIEMBRE DE 2008

 

OPINIÓN / ALGO MÁS QUE PALABRAS

Decidir sí, convivir como nación también
 


Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
 

Cuatro características corresponden al juez: Escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente. Cuando menos las decisiones hay que tomarlas racionalmente pienso yo. Por ello, la plataforma por el derecho a decidir que llama a la unidad catalana ante la financiación, aunque me parece oportuno y legítimo que deje oír su voz más allá de sus muros autonómicos, pienso que también debiera considerar que el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones imprime también la solidaridad como deber dentro de la indisoluble unidad de un país. Derecho a decidir sí, pero también derecho a convivir como nación española.

No obstante, pienso que la nación como tal debe poner oído a las decisiones tomadas por el pueblo catalán, o por cualquier otro pueblo del país, dar respuesta a la diversidad de pareceres, buscar consensos desde el diálogo, a sabiendas que en la convivencia todas las voces valen y son necesarias. La conciencia política, que ha de ser un acto de equilibrio de unos y otros, ha de llevarnos a decisiones muy estudiadas, no vayamos a hacer un diagnóstico falso de la situación y aplicar después los remedios equivocados. Realmente el Estado- como dice la Constitución- ha de garantizar la realización efectiva del principio de solidaridad, velando por el establecimiento de un equilibrio económico, adecuado y justo entre las diversas partes del territorio español. Esto es lo que hay nos guste o no nos guste.

Para unos gobiernos será insuficiente la descentralización, mientras que para otros lo será la falta de cohesión entre comunidades y regiones. La cuestión no es nada fácil, teniendo en cuenta que, en ningún caso, se admitirá la federación de Comunidades Autónomas. Conviene recordar esto para no instalarse en una permanente crisis que a nadie beneficia. Quizás sería el momento de la reforma de quien ostenta la Cámara de representación territorial, el Senado. Considero que no sería desacertada la cuestión. En cualquier caso, me parece más fructífero que las Comunidades Autónomas se sientan partes de un todo entre ellas con el Estado, que no en relación bilateral del Estado con cada Comunidad Autónoma. El primer paso ya está dado. Hoy cada entidad autonómica ya goza de autonomía para la gestión de sus respectivos intereses. Puede que sea el momento de dar el siguiente y ver la manera de robustecer la territorialidad. Pienso que ganaremos comprensión sí todos tenemos una visión global y plural de España, lo que también excluye cualquier privilegio autonómico.
 

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