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OPINIÓN - SÁBADO, 13 DE SEPTIEMBRE DE 2008

 

OPINIÓN / SNIPER

Fath Al-Andalus
 


José Luis Navazo
yebala06@yahoo.es

 

Desde los atentados (también con buenas dosis de sombra para variar) del 16 de mayo en Casablanca, los servicios de seguridad marroquíes no han dejado de ir dando zarpazos consiguiendo desmantelar, en numerosas ocasiones, grupos y redes vinculadas al terrorismo de matriz islamista e insisto en el adjetivo: terrorismo cometido en nombre, siguiendo la idea del profesor Elorza tantas veces adelantada en esta columna, de una determinada idea y una particular interpretación, del Islam. Estos días eran juzgados por el juzgado de instrucción del tribunal antiterrorista de Salé quince presuntos activistas del grupo “Fath Al-Andalus”, red terrorista presente y activa en varias ciudades de Marruecos y cuyo desmantelamiento (entiendo que parcial) habría sido anunciado el pasado 29 de agosto. Organización calificada de “peligrosa” (sic), se le atribuyen lazos con “Al-Qaïda” (hoy día más un “holding” y una ideología, que un grupo en sí), así como la intención inminente de perpetrar atentados en suelo marroquí, no especificándose si contra objetivos nacionales o también extranjeros.

Es la segunda vez, en lo que va de verano, que el Gobierno marroquí se marca un tanto en la lucha contra la lacra del terrorismo, lo que no habrá pasado desapercibido a la secretaria de Estado norteamericana, Condolezza Rice, en su reciente visita a Rabat: hace dos meses, a principios de julio, eran detenidos otros treinta y cinco activistas de una red especializada en enviar voluntarios “yihadistas” a varios países (Irak, Afganistán, Argelia…), mientras que el 10 de junio eran condenados a penas sorprendentemente bajas (¿acaso algunas pruebas no eran concluyentes…?), entre 1 y 8 años de prisión, veintisiete miembros de la “Célula de Tetuán”, involucrados en la organización de viajes de “yihadistas” para inmolarse en la “guerra santa” en diferentes escenarios bélicos en los que, preferiblemente, estuvieran involucradas tropas de los Estados Unidos.

En todo caso y hasta el momento, tanto la MAP como los medios de comunicación marroquíes guardan un pudoroso silencio sobre el significado y el alcance del nombre de esta nueva red terrorista, que se aproxima peligrosamente a una inquietante percepción: la reivindicación de una parte de España por la vía del terror. Precisamente, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) editaba en 2002 una nueva versión de “Fath Al Andalus” (La Conquista de Al Andalus), traducida por Mayte Perelas basándose en la existente edición de Luis Molina (CSIC-AECI, 1994); el libro reproduce una obra anónima que abarca los años 711 (derrota visigoda en Guadalete) hasta 1012, de la que se conservan dos viejos manuscritos: uno en la Biblioteca Real de Rabat (nº 7531) y otro en la Biblioteca Nacional de Argel (nº 1876). Un último matiz: la traducción de “Fath” por “Conquista” es un exceso literario, una vulgarización en función de nuestros parámetros intelectuales puesto que el término “Conquista” no existe en este sentido para el mundo árabe-islámico, dado que El Islam “no conquista” otros territorios, simplemente los “abre” a la última religión revelada por Dios/Allah al conjunto de la humanidad por medio del Sello de la Profecía, Mahoma. Sutil diferencia semántica a tener muy en cuenta puesto que no utilizamos, una vez más, el mismo lenguaje.
 

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