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OPINIÓN - DOMINGO, 14 DE SEPTIEMBRE DE 2008

 
ANÁLISIS

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES. 8


A Juan González López lo conocí yo cuando era director de un colegio de cuyo nombre no me acuerdo. Fue por motivos dolorosos: una niña había enfermado gravemente y todos nos interesamos por ella. Y además era especial. Desde entonces hemos mantenido unas relaciones inmejorables, aunque discontinuas. Amén de que a los dos nos gustan los perros y, cada vez que nos topamos, solemos hablar de los nuestros. Tampoco le hacemos ascos a conversar sobre otras cuestiones. De modo que últimamente, como nos hallamos más a menudo, solemos pegar la hebra con cierto sosiego. A él le gusta preguntarme por cómo me las apaño para poder hacer una columna diaria y, por si fuera poco, dos páginas el domingo. Pues no cree que en esta ciudad sucedan tantas cosas como para sacarles punta. Y a mí sólo se me ocurre responderle que dando vueltas al magín. Y así, en cuanto nos encontramos por el centro nos ponemos a charlar. Entre González López y yo se está cimentando una amistad derivada de que ambos sabemos que no hay mejor ejercicio que pasear con un perro. A fin de cuentas, lo que nos une –a hombres y animales- es la común capacidad de sufrir. Y creo que los dos sentimos esa solidaridad animal.

MARTES. 9

En ocasiones, y hoy ha sido una de ellas, suelo sentarme un rato con Emilio Carreira y Manolo Coronado. Y charlamos distendidamente de cuantos asuntos nos complacen. Mentiría si dijera que de política está prohibido hablar. Lo cual sería ilógico. Ya que ambos han formado parte de gobiernos presididos por Juan Vivas y han ocupado cargos importantes. Y conocen, como no podía ser menos, todos los entresijos de la cosa. Lo cual no quiere decir que sean tan lerdos como para cometer deslices verbales. Máxime cuando los dos tienen un alto concepto del presidente de la Ciudad. Así, cuando se refieren a éste, tanto Emilio como Manolo, lo primero que suelen decir de él es que tardará mucho tiempo en que nazca en esta ciudad alguien con su capacidad de trabajo, su tirón electoral y su autoridad moral. Por lo que le auguran al Partido Popular muchos años rigiendo los destinos de esta tierra. Puesto que, según ellos, Vivas juega con la ventaja de que la gente se le ha entregado y no hay el menor indicio de que esa relación entre pueblo y presidente se rompa. Y aseguran que su popularidad y prestigio no han sufrido ningún tipo de merma por desgaste en el cargo.

MIÉRCOLES. 10


Disfruté de lo lindo durante un almuerzo en El Varadero. El cual compartí con Fernando Jover, Juan Antonio García Ponferrada, Manolo Guillén y Sebastián Fernández. Lo primero que me toca aclarar es que las relaciones entre Jover y García Ponferrada son más que excelentes. Y que siguen emocionándose cuando se toca algún hecho vivido por ambos, años atrás. Manolo Guillén se comportó como lo que es: un magnifico anfitrión. Y hasta decidimos que eligiera el menú. Y, claro, nos pusimos bien. Bien se lo paso, sin duda, Sebastián Fernández. Quien compartió mesa con nosotros. En la comida se habló de todo con la tranquilidad que teníamos de saber que ninguno de los presentes va a ser capaz de cambiar las intenciones de nuestras palabras ni de nuestros comentarios. Y hasta acabamos por sumarnos a un grupo que disfrutaba también comiendo y que acabó cantando muñeiras. La mesa de ese grupo de personas, procedente de la localidad coruñesa de Ribeiro, estaba presidida por Nicolás Fernández Cucurull. Quien se mostró, como siempre, repleto de vitalidad y de saber estar. En suma: que el almuerzo fue un éxito. El sitio y la presencia de Jover y García Ponferrada ya lo auguraban.

JUEVES. 11


A Sergio Moreno lo estoy tratando desde hace años. Y entre nosotros existe, aun en momentos de dimes y diretes desagradables, el pacto no escrito de afrontar los malentendidos de frente y en corto por derecho. También es cierto que cuando ello ocurre casi siempre terminamos riéndonos a mandíbula batiente. De él jamás tuve la menor queja y recibí en todo momento las atenciones que él suele dispensar a todos en general cuando está en posesión de un cargo al que se debe. A Sergio, y él lo sabe, le tengo yo ley. Y con él me pasa algo que no suele ocurrirme con otras personas con las que incluso he tenido la oportunidad de compartir tareas o bien están en situación de deudores ante mí: que cuando necesito consultarle algo o pedirle cualquier mediación, no dudo lo más mínimo. Y además consigue dejarme más que satisfecho. Sobre todo porque actúa con esa celeridad de que hacen galas las personas que están hechas para cumplir con la tarea asignada y de paso tratan de ofrecer una imagen extraordinaria de quien en ese momento esté llamado a decidir por encima de las atribuciones de ellas. Gracias, Sergio.

VIERNES. 12


Una tarde, de hace ya años, sonó el timbre de casa y acudí presto a preguntar quién era. Y sonó una voz temblorosa: “Soy el hombre que viene a pedir”. Cuando abrí la puerta encontré a una persona joven pero avejentada, de aire macilento y enfermizo y con la mirada de quien el pedir le causa una vergüenza que hasta le hace temblar. Al menos esa es la impresión que me dio a mí. El hombre que viene a pedir estuvo llamando a nuestra puerta dos veces cada mes durante mucho tiempo. Y siempre recibía alimentos. Daba las gracias correspondientes, con viso de sinceridad, y cuando casi nos habíamos olvidado de él aparecía nuevamente. El hombre que viene a pedir llamó a nuestra puerta ayer. Se le veía muy contento. Y su estado vergonzante (sentimiento de vergüenza por su condición obligada de pedigüeño) se había trocado en un nerviosismo de felicidad. Me atrevería a decir que de radiante felicidad. Y, claro, no pudo contener su alegría y decidió compartirla con nosotros. Así que nos dijo: “Sepan ustedes que el lunes empezaré a trabajar en Los Planes de Empleo. Ya que me han elegido...”. De modo que ahora estaré seis meses sin molestarles. Dijo algo más, pero me lo reservo. Y allá que se fue todo gozoso tras comunicarnos la buena nueva. Hay personas que quieren trabajar y no lo consiguen. Y se ven obligadas a pedir y a pasar por lo que no son.

SÁBADO. 13

Cada cual tiene derecho a expresar sus propias opiniones para intentar buscar la verdad (no la tuya ni la mía, sino la verdad... Machado). Todas las opiniones no son iguales de válidas, por ello hay que darles un orden jerárquico. Tras comprobar como están argumentadas. De modo que vayan prevaleciendo las mejores. Hugo Gatti ha opinado de Casillas. El cual se ha convertido en mito intocable, en una España muy dada a crearlos. Quien fuera famoso portero argentino y ahora destacado comentarista en televisión, ha dicho lo siguiente en una emisora de radio de su tierra: “Iker Casillas puede ser actualmente el mejor del mundo en su puesto a pesar de que es un portero horrendo”. El loco Gatti, sobrenombre por el que fue conocido en su etapa gloriosa como guardameta, dijo además que Casillas no conoce el abc del arco, que nunca ataja una pelota. Y que tiene más suerte que un quebrado. Hugo Gatti está más que legitimado para emitir esa opinión. Y además la ha llenado de contenido. Es decir, que sus argumentos son casi irrebatibles al declarar que el portero del Madrid no conoce los fundamentos del juego de ese puesto específico. Y lo primero que ha recibido es una lluvia de insultos por parte de los fanáticos. Y lo más grave es que éstos siguen las directrices que les marcan los periodistas deportivos más encopetados. Lleva razón Clemente cuando dice que éstos no saben ni papa de fútbol.
 

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