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OPINIÓN - JUEVES, 25 DE SEPTIEMBRE DE 2008

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Idu el Fitr, Shana Tova, Yon Kipur y San Daniel

No hay en el mundo muchos territorios donde converjan tantas sensibilidades religiosas y tan diferentes, pero a la vez, tan entrañables culturas basadas en la fe, en la oración y en la devoción. Ceuta presume de vivir con intensidad todas sus celebraciones, conmemoraciones y tradiciones que comparten espacio físico en sólo 19 kilómetros cuadrados entre una población inferior a los 80.000 habitantes. Esto es excepcionalmente único. Nunca tantos en tan poco espacio y bien avenidos. Esa es la permanente preocupación de la administración autonómica sabedora de que toda y cada una de las confesiones que se practican en esta tierra de Dios forman parte de su patrimonio singular, forman parte en sí mismo de su atractivo, al tiempo que son un reclamo de imagen de convivencia, paz y armonía.

Sólo en el mes en el que se celebra el Día de la Hispanidad para todos, convergen en la ciudad autónoma las celebraciones del colectivo musulmán, del hebreo y del cristiano.

La fiesta de fin de Ramadán para el colectivo musulmán prevista para el 1 de octubre después de superar el sagrado mes del ayuno coincide en el tiempo con la serie de conmemoraciones religiosas de ancestral tradición hebrea. El día 29 de septiembre es la fiesta del ‘Shana Tova’. Se trata del año nuevo judío. Festividad que da inicio a una serie de celebraciones en ulteriores semanas entre las que destaca la mítica del ‘Yon Kipur’ (Día del Perdón) el 8 de octubre, la de mayor trascendencia entre la comunidad israelí en Ceuta, y la Fiesta de la Cabaña posteriormente.

Son fechas que se aproximan y coinciden en este tiempo de fe otoñal en que la comunidad cristiana de Ceuta conmemora la festividad de San Daniel, el 11 de octubre. El patrón de Ceuta volverá a ser protagonista entre los cristianos ceutíes que se adentran en un mes donde el Pilar se une a las tradiciones menores pero festivas al fin y al cabo en una ciudad donde se mezclan culturas y se convive indistintamente entre unas y otras con absoluta normalidad. Es una de los grandes atractivos de Ceuta que no sólo debe conservarse, sino promocionarse como fuente de enriquecimiento cultural .eco de esta tierra.
 

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