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OPINIÓN - SÁBADO, 4 DE OCTUBRE DE 2008

 

OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

Inserción laboral (I)
 


Quim Sarriá
quimsarria@elpueblodeceuta.com

 

Ayer, por el miércoles, estuve en un seminario sobre temas tan diferentes como la inserción laboral y el desarrollo de colaboración internacional para erradicar la pobreza. Ciertamente, no me gustó absolutamente ciertos aspectos de ese seminario.

¿Saben Vds. qué es la inserción laboral?, la inserción laboral consiste en ofrecer un acompañamiento a personas que están en situación de exclusión laboral y social, con el objetivo de incorporarse en el mercado laboral. La inserción laboral se desarrolla dentro de un entorno productivo, con funcionamiento de empresa, que resulta educativo para la persona.

Ciertamente, la inserción laboral surge en el país, hace más o menos 20 años, para responder a la necesidad de buscar salidas al problema de la exclusión social y la pobreza.

Centrándonos en el colectivo de minusválidos sensoriales, mi especialidad, creo sinceramente que la inserción laboral no debería existir para el mismo. ¿Por qué?, porque…

Los sordos nunca han estado discriminados más que por ellos mismos, por las condiciones de la educación recibida y por la nula información ofrecida al colectivo.

Un sordo no se distingue de otra persona más que interiormente, no oye. Por eso, porque no oye, tiene que esforzarse tres veces lo que una personal oyente se esfuerza una vez. Todo ello a causa de la educación recibida y el comportamiento de la sociedad por la creencia de que es una lástima ser sordo.

Empezando por la educación, si hablamos del sistema oral, a quién se debería educar es a la propia sociedad para que comprenda que la persona sorda tiene tres problemas a resolver cuando le hablan de cualquier cosa. Primero: intentará leer los labios de su interlocutor (oír no, oirá algo pero no lo entenderá). Segundo: Tratará de asimilar lo que le ha dicho con alguna cosa relacionada y que conozca. Tercero: Poner en funcionamiento su cerebro para encajar lo que le ha dicho y dar la respuesta adecuada.

Como verán, eso lleva a que responda con retraso. No pasa lo mismo con la persona oyente… oir y responder inmediatamente, aunque hay muchos, demasiado, que se portan peores que los sordos.

Ese es el único problema que tiene la persona sorda en el mundo escolar, laboral y social. Ningún otro problema tiene. No se incluye aquellos que no han recibido ningún tipo de educación, esos los hay en todos los estamentos sociales, sean o no sordos.

Con todo ello quiero significar que el sordo no necesita ningún tratamiento de inserción laboral. Solo facilidades de comunicación.

Desde siempre, por no hablar de siglos, el sordo ha estado plenamente integrado en el mundo laboral y social…, hoy en día hay empresarios sordos que llevan muy bien su negocio sin ningún otro problema que malentendidos por, precisamente, confundir unas palabras con otras. Sólo eso.

El único problema que tiene este colectivo es el de la comunicación, repito, y su solución está en amoldarse al afectado, no intentar nunca que el afectado se amolde al que oye. Ya lo intentará voluntariamente sin ayuda.

Es una tremenda equivocación el esfuerzo que hacen muchos padres, profesores, especialistas, etc. en intentar que los sordos oigan como ellos. Acaban destruyéndoles la capacidad de comprensión y dándoles nula educación cultural. Ya escribí de este tema en artículos anteriores por lo que no voy a repetirlo.

Lo que realmente necesita la persona sorda no son temas relacionados con inserciones, integraciones y demás “ciones” que no hacen absolutamente nada por ella.

Necesitan, verdaderamente, escuelas donde los profesores manejen el lenguaje de signos completamente, no intérpretes de lenguaje de signos, y que les enseñen lo que se enseña al conjunto general de la población escolar. No tiene por qué perder su tiempo escolar en aprender a hablar… eso lo puede hacer fuera de horas escolares, como los alumnos no sordos aprenden inglés o francés. Más vale aprender a hablar teniendo conocimiento de las cosas que repetir lo que “oye” sin saber de qué va.

Mañana continuaré con lo mismo.
 

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