PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 5 DE OCTUBRE DE 2008

 

OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

Inserción laboral (y II)
 


Quim Sarriá
quimsarria@elpueblodeceuta.com

 

Siguiendo con el tema que traté en el seminario del que di cuenta en mi artículo anterior, hablé sobre la supuesta inserción laboral de las personas sordas, indicando que el proceso social y de atención a las personas procedentes de la exclusión, en la que no pueden ni deben estar incluidas las personas sordas, que se realiza mediante la inserción laboral se conoce como itinerario de inserción.

El acompañamiento personalizado para que la persona recupere unos hábitos laborales, sociales, de relación, etc. que perdieron de forma involuntaria no tiene cabida en el mundo de las personas sordas por varios conceptos.

Uno de los principales puntos de apoyo a mi tesis está en que las personas sordas tienen una capacidad de adaptación asombrosa, en lo referente al mundo laboral, y no precisan acompañantes que les indiquen a cada momento lo que tienen que hacer.

En mi larga trayectoria laboral, como empleado y como empresario, en contactado con cientos de personas sordas cuya situación personal no se difiere, en nada, de las demás personas. Salvo en la comunicación. He fundado numerosas entidades en las que se realizan gestiones para conseguir empleo y empresas, que en su momento, se llamaban Centros de Trabajo Protegido en los que se empleaban a personas sordas. Aún hoy en día existen algunos de ellos, aunque con otro nombre.

Pero, insisto e insistiré, influye mucho el sistema de educación recibido; el trato ofrecido por la familia; el contacto inicial con la sociedad…

En la educación han perdido, y mucho, el concepto del porqué la reciben y ello influye después en su vida.

En el entorno familiar se ha acostumbrado, el sordo, a recibir un trato bastante diferenciado al resto de los demás miembros y ello redunda en el futuro comportamiento del mismo en todos los niveles… se hace la víctima cuando le conviene.

Por ello, es preciso educar a los padres sobre el alcance del comportamiento genérico hacia la persona sorda. No puede ni debe haber diferencias de trato, el sordo es completamente igual, en derechos y deberes, excepto en el modo de comunicación, que los demás miembros de la familia. No es nadie especial. De lo contrario se creerá con derechos que no existen para los demás.

Dejando el tema de la educación, entremos en el de formación profesional. Hoy en día cualquier sordo puede acceder a la Universidad y con ello abrirse paso en el mundo laboral y profesional como los demás no sordos, lo que hace nulo el interés por incluirlo en planes de inserción laboral que no van con él.

Al igual que las personas oyentes, los límites de la capacidad de las personas sordas están distribuidos porcentualmente en comparación con el resto de la población, pero no puede ni deben estar incluidos en un supuesto colectivo marginal (entiendo como colectivos marginales los compuestos por personas en situación de exclusión como personas con minusvalías severas, personas con adicciones, personas privadas de libertad, etc, excepto en supuestos puntuales e individuales muy concretos), y ello entra de lleno en la formación profesional.

En todas las ramas del mundo laboral hay personas sordas que desempeñan sus cometidos y/o funciones a la perfección sin problema alguno desde hace años. Sólo la incomprensión y la mala leche producen una visión errónea.

Por ello es necesario influir y educar, si es posible, a la sociedad contemporánea en general para que erradique la creencia de que las personas sordas pertenecen a otro mundo distinto.

Este invento de la integración laboral solo servirá para que algunas personas, que no serán las incluidas en sectores marginales, saquen provecho crematístico de alguna manera, pese a que suelen denominarse colectivos sin ánimo de lucro… la realidad es bien distinta. Con algo han de vivir esos componentes de la élite organizativa de actos benéficos ¿no?, estamos de acuerdo en ello pero nunca, entiéndase bien, nunca toleremos que se enriquezcan a costa de eso, aferrados al cargo como están.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto