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OPINIÓN - LUNES, 6 DE OCTUBRE DE 2008

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

La nueva imagen
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Nos referimos al técnico de la AD Ceuta que, tras el varapalo recibido en Antequera, decidió cortarse el pelo “al cero” para así hostigarse a sí mismo a trabajar más y mejor.

A lo largo de su estancia aquí en Ceuta, Benigno Sánchez ha tenido algunas “genialidades” propias e intransferibles que le colocan en una situación intermedia entre el deseo de lograr su objetivo y la sin razón del banquillo en momentos cruciales.

En la mente de todos está el momento en el que el Ceuta, la pasada temporada, se acababa de meter matemáticamente entre los cuatro primeros y el técnico eufórico, y por ello desmemoriado, decía en la sala de prensa aquello de que “hoy es un día histórico para el Ceuta” o algo más como “hemos entrado en la élite del fútbol”.

Eso de histórico es un adjetivo tan gastado que ya no significa nada y si él quería hacerlo significar algo especial, por estar en la fase de ascenso, deberíamos recordarle que ya antes de esa fase de ascenso el Ceuta había llegado en segunda B otras cuatro veces, anteriormente, y con el mismo éxito al final, no mejor, pero tampoco peor que el pasado campeonato. Ese “histórico” no se había revaluado.

En lo de entrar, estar o llegar a la élite del fútbol todavía es un sueño, que puede hacerse realidad pero ..., ha habido que esperar y habrá que esperar, al menos unos meses.

Y ahora el corte de pelo. Cada uno hace lo que considera oportuno, siempre que no moleste a los demás, aunque ese paso del técnico va más dirigido a la galería que al terreno de juego, por mucho que su argumento quiera camelar al personal, al decir “cada vez que me mire al espejo, tener la sensación de que tengo que mejorar”.

La idea puede ser buena, pero si Fran Amado no mete goles, si Álvaro fuera de casa rinde menos que dentro, si la defensa está “a cerezas” en Antequera en los dos goles y..., de poco le va a servir al técnico cortarse el pelo o ponerse “una bata de cola”.

Lo suyo empieza y termina en el trabajo en los entrenamientos, en “tener contenta” a la plantilla, en plantear el partido correctamente y sabiendo donde se está, lo demás ..., marcar goles ya no es cosa del entrenador, sino de los jugadores y eso lo hacen a veces, mientras que otros días se pasan los 90 minutos mirando a las estrellas, como ocurrió en Antequera.

El nuevo “look” de Benigno Sánchez no es para vender más su imagen, ni para dar una exclusiva a nadie, es una forma de auto castigarse de algo de lo que él solo no es el responsable.

Es cierto que actitudes como estas pueden echar una cortina de humo a ciertos resultados, pero esa cortina de humo desaparecerá si, en los partidos siguientes, no llegan los triunfos.

El público, la afición, lo primero que quiere son goles, después triunfos, más tarde una buena clasificación y sólo mucho más tarde, si llega un “numerito” especial aplaude el chiste sin más. Así son las cosas, o al menos, así se ven desde la grada.

La obsesión del entrenador ceutí está en “que quiero recordarme cada día que tengo que apretar más”. Esto hay que alabarlo como esa otra idea de que “aspiro a ser cada día mejor, y hay que trabajar cada día más y más y más”.

Honradez si hay en las palabras del entrenador y a lo mejor, con ese gesto, ha espantado a algunos buitres carroñeros que empezaban a merodear en ciertos ambientes, cercanos al club.
 

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