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OPINIÓN - VIERNES, 10 DE OCTUBRE DE 2008

 

OPINIÓN / ALGO MÁS QUE PALABRAS

El miedo en el cuerpo
 


Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
 

Al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, parece haberle entrado la prisa por reunirse con los poderes fácticos, como puede ser el económico y el político, para hacer en comuna los deberes del análisis de la situación del sistema financiero español ante el actual panorama económico. La situación no debe ser tan boyante como se nos ha dicho hasta anteayer. La verdad que ya nos tiene acostumbrados a que donde dije digo, ahora se nos diga diego. A estas alturas de la película, cuesta entender cómo se puede transmitir seguridad ante una multitud de ciudadanía que tiene metido el miedo en el cuerpo. Helos aquí el montón de recelos que saltan a la vista a poco que uno deje pasear la mirada por la calle. El guión lo lleva cada cual consigo. Temor a quedarse desempleado, temor por convertirse en un moroso al no poder hacer frente a la hipoteca; temor, en suma, a que la quiebra financiera nos deje sin plumas y cacareando, o sea, sin ahorros y sin cartera crediticia.

Por cierto, ya se tiene noticia que las entidades de crédito empiezan a sufrir importantes pérdidas. Algunas mentes pensantes han ideado la solución. La idea de ofrecer incentivos fiscales para hacer aflorar el dinero negro, sobre todo el obtenido en el sector ladrillo, está sobre el tapete de los sillones. Lo hacen pensando que los ingresos en los bancos van a suponer un respiro. Ciertamente esta idea no me parece de recibo, ya que contribuiría a premiar los sistemas fraudulentos y las operaciones opacas. No hay que buscarle tres pies al gato. El dinero emerge por si mismo cuando hay confianza en los mercados y confianza en el ejecutivo. Algo que no existe y que hay que ganársela con la genialidad de las obras, que no de las palabras.

La alta volatilidad de los mercados y la desconfianza al partido en el gobierno es bien patente, lo que hacen presagiar tiempos venideros difíciles, con un desbordante paro y con el cerrojazo de empresas que, en otro tiempo, dieron grandes dividendos a los empresarios. No a los obreros. El número de suspensiones de pago han iniciado el creciente y proseguirán en él. Está visto que los discursos inspiran menos confianza que las acciones. Y las prácticas de este gobierno suelen ser confusas y poco creíbles. España puede confiar en los españoles, lo que ya pongo en duda es que confíe en esta torpe clase política para salir del pozo, a sabiendas que muchas veces ni se le tiene en cuenta en honorables instituciones internacionales.
 

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