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OPINIÓN - SÁBADO, 11 DE OCTUBRE DE 2008

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Un desastre mayúsculo

La primera gran prueba climatológica del otoño al orden y calidad del transporte marítimo que enlaza la ciudad autónoma con la península ha dejado su calificación por debajo de cero. Centenares de pasajeros vivieron ayer en sus propias carnes otro viaje desastroso que comenzó haciendo cola a las 9.30 horas en el puerto de Ceuta y no concluyó hasta casi diez horas después, cuando pudieron desembarcar en el de Algeciras. No cabe duda de que las condiciones meteorológicas eran muy adversas, de que el viento soplaba muy fuerte y el mar estaba muy embravecido. Nadie puede negarlo. En este caso, y quienes iban a bordo lo saben muy bien, lo de menos es el disparatado precio de los billetes, que al final no saben tan gravosos si el servicio que se presta responde a las expectativas.

Ahora bien, es absolutamente incomprensible qué falta de coordinación existe entre las capitanías marítimas o las autoridades portuarias de ambos lados del Estrecho para no ser capaces de prever, con los medios que existen actualmente, que en el lapsus de apenas media hora puede ser necesario cerrar el puerto y reducir las entradas a un solo atraque.

Lo lógico ayer hubiera sido que, ante la mínima posibilidad de tener que tomar tal decisión, se hubiera vetado la salida del buque de Acciona hasta garantizar que la travesía se pudiera realizar en condiciones mínimamente dignas. Porque lo que no es digno es obligar a los pasajeros a permanecer tres horas esperando a que el buque se llene con el fin de obtener el mayor rendimiento posible del viaje y después dejarlos a expensas del temporal en la bahía de Algeciras.

Alguien, ya sea la Delegación del Gobierno (la primera) ya sea la Ciudad Autónoma (que últimamente ha demostrado firmeza frente a los excesos de las navieras sin demasiado éxito) debería tomar medidas más contundentes para evitar la repetición de estos acontecimientos. Si no, dará la impresión de que además de los ciudadanos hay quienes se ríen también de las instituciones.
 

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