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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 15 DE OCTUBRE DE 2008

 

OPINIÓN / EL OASIS

El vapuleo del Cádiz al Ceuta
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Hace tiempo que dejé de ir al Alfonso Murube para no verme obligado a responder a las preguntas que me hacen algunos aficionados sobre qué me parece el equipo o bien cómo está jugando en ese momento. Porque diga lo que diga, tengo la certeza de que seré criticado y a veces, incluso, por comentarios tergiversados que se me suelen achacar.

También si asistiera a todos los partidos de la Asociación Deportiva Ceuta, seguro que no me resistiría a opinar de lo visto. Y se me acumularían los problemas: primero, porque me consta que los pocos lectores que tengo no ven con buenos ojos que escriba de fútbol en este espacio; segundo, de hacerlo, tendría que cuidarme mucho de las iras de cuantos suelen rebelarse ante mis comentarios acerca del primer equipo local.

Pruebas evidentes de ello he tenido. Y no es que sea el miedo algo que a mí me pueda, pero tampoco estoy en edad de enfrentarme con energúmenos que hasta son recompensados con cargos en la Federación Territorial de Fútbol de Ceuta. Así que prefiero mil veces analizar las actuaciones de los políticos, aunque los vapuleados sean como boxeadores golpeados: el doble de peligrosos.

Nunca he vapuleado a José Antonio Rodríguez, más bien todo lo contrario. Pero en cuanto le he dicho lo que pienso de él, en estos momentos, se ha mostrado como si le hubiera dado yo un sinfín de golpes en el mentón. Bien haría, pues, el consejero de Gobernación en no perder los estribos por haberle recordado que estar triste no es lo suyo.

El que sí debe estar muy triste es Pedro Gordillo. Y todo porque Benigno Sánchez no supo evitar el vapuleo que recibió su equipo en el Ramón de Carranza. No olvidemos que el vicepresidente de la Ciudad fue el padrino de ceremonia durante la imposición de la medalla de Ceuta al técnico murciano, meses atrás. Y a un ahijado se le suele estimar mucho. El ahijado de Gordillo al perder su equipo en Antequera decidió pelarse al cero como castigo por errores que él se adjudicó. El airearlo fue un gesto para la galería que lo dejó en entredicho. Amén de que ahora cabe la siguiente pregunta: si hace dos semanas tomó la decisión de convertirse en mister Proper, por considerar que sus decisiones en el banquillo no fueron las más acertadas, qué hará ahora después de lo ocurrido en Cádiz. ¿Cómo se castigará a fin de purgar la parte de culpa que le corresponde por una derrota tan abultada?

En Cádiz vi jugar a la Asociación Deportiva Ceuta, como lo vengo haciendo por medio de la televisión local, cuando actúa lejos del Murube. Y pronto me di cuenta, a pesar de las dificultades de visión que presenta el medio, de que nuestros jugadores estaban distribuidos muy mal. Una distribución que facilitaba una versión del equipo amarillo muy superior a su verdadero potencial futbolístico. La banda derecha de los gaditanos puso a prueba desde el primer momento la soledad en la cual se encontraba Pepe Martínez. A quien sus compañeros no le ofrecieron las ayudas ni las coberturas consiguientes. Por ahí comenzó a fraguarse la paliza que le dieron a la Asociación Deportiva Ceuta.

El Cádiz es buen equipo. Pero no tan superior como para hacerse tirabuzones con el Ceuta. Y podría enumerar los motivos. Pero, por ahora, no quiero líos con los directivos del equipo. Pues tienen más peligros que los susodichos boxeadores.
 

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