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OPINIÓN - JUEVES, 23 DE OCTUBRE DE 2008

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Polideportivo José María Rodríguez Portillo
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Todavía no lo es, pero debería llevar ese nombre, el polideportivo que “parece la obra del Escorial”, por el tiempo que hace que se empezó, en el Recinto y que posiblemente va a estar terminado de aquí a pocas semanas. Ya veremos.

Y alguien que tendrá su nombre guardado bajo siete llaves, podrá decir ¿Por qué José María Rodríguez Portillo?. La respuesta es sencilla, clara y contundente: Rodríguez Portillo fue el que puso en marcha el IMD, hoy ICD. En vida no pidió nunca nada, se dejó parte de su vida en el deporte, no se conoce a nadie que diga de él que “metiera la pata” en ninguna de sus actividades y nosotros, además, decimos que lo que nunca hizo fue “meter la mano”, ni para él, ni para favorecer a sus amigos.

Pasó por esta vida como un hombre de bien, y con esto ya tenemos razones suficientes para que desde la Ciudad Autónoma y desde la parcela deportiva, haya un gesto de sensatez, generosidad y justicia para un ceutí que, nunca puso en mal lugar a Ceuta, que nunca apareció en un lugar que no le correspondiera, que no ocultó, no había razón para ello, ser un hombre de izquierdas, pero capaz de entablar amistades con “gentes de otras creencias”, amistades en las que siempre había seriedad, dignidad y buen tono.

En la ciudad, afortunadamente, tenemos instalaciones deportivas con el nombre de personas del deporte que dieron buena imagen, buen tono y dejaron en buen lugar a Ceuta.

Ahora, y con él ya desaparecido, el buen tono, justo criterio y exención de partidismo, el departamento correspondiente tiene la oportunidad de su vida para dar la talla y demostrar un talante abierto y ajeno a cualquier ideología partidista, dedicando esta instalación deportiva a un hombre que, en el deporte, siempre estuvo en altura tres palmos por encima de los que se colgaban las medallas.

Él nunca lo hubiera pensado, él, desde donde esté, -seguro que en buen sitio -, dirá cuando vea esto: “Ya está mi amigo Jesús tratando de colocarme donde yo no quiero estar”, y yo digo y voy a insistir en más de una ocasión, que los hombres que se entregaron con humildad y honradez, deben tener su reconocimiento.

He conocido como nadie a Rodríguez Portillo, fui el último que le hizo una entrevista, en este periódico, y en unas circunstancias en las que sólo un hombre de bien se mantiene con la firmeza que él se mantuvo, puesto que media hora antes le acababan de comunicar que su enfermedad había empeorado y que no había solución.

Él, a pesar de eso, estuvo charlando conmigo, con serenidad, a veces emocionado, pero sin mirar para atrás con rencor de nada ni contra nadie. Quería dejar el recuerdo de lo bueno, lo malo no le interesaba y no lo quería sacar a la luz, además de que si de algo se sentía orgulloso era de haber puesto en funcionamiento, con muy pocos medios, un organismo, IMD, que es el punto de arranque y la base de todo lo que aquí significa el deporte.

Creo que contrajo méritos suficientes, José María Rodríguez Portillo, para que la nueva instalación lleve su nombre, con lo que sería otra cosa más que plasmara, para siempre, el recuerdo de un gestor en todas las parcelas en las que intervino, pero muy especialmente en la parcela deportiva.

Si hay sensatez en quienes tienen que decidir, es posible que esto se tomará en serio, yo confío en que será así.
 

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