PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - VIERNES, 24 DE OCTUBRE DE 2008

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

La popularidad es efímera, dura un par de segundos y a la misma velocidad se marcha. La popularidad no es eterna, como algunos llegan a creerse. El que ayer era el no va más, hoy ya se ha convertido en un don nadie. El personal se cansa de ver siempre las mismas caras y haciendo lo mismo, para que nada cambie, para que todo siga igual.

Creer que la popularidad, en el caso de tenerla, que eso había que discutirlo, le va durar siempre, es uno de los más grandes errores que se pueden cometer.

Es el mismo error que creerse que uno es popular, porque se lo dicen los cuatro pelotas y lameculos que le están rodeando constantemente diciéndole, a cada paso, eres le mejor, un auténtico crac, un monstruo de sabiduría y no sé cuantas cosas más les dicen estos pelotas y lameculos, que conforman todos los estómagos agradecidos de las migajas que les han dado, sin más mérito que su propia inutilidad.

Para saber, si es cierto de que uno es popular y le cae al personal una jartá de bien, hay que hacer oídos sordos a esos pelotas y lameculos, salir a la calle, pasearse por ella y saber lo que el personal piensa de uno.

Igual, de esa manera, saliendo a la calle para saber lo que en realidad piensan de uno, más de uno de esos personajillos se llevarían una sorpresa al enterarse de la cruda realidad, muy diferente, por cierto, a las que les dicen los pelotas y lameculos.

Ahí, en la calle, consultando al personal, se sabe, de forma cierta, si es verdad que uno es o no es popular, si el personal está contigo o pasa olímpicamente de ti.

Por supuesto que los personajillos de medio pelo, esos que se creen el ombligo del mundo y que son el lo no va más, encerrados en sus mundos, escuchando sólo los cantos de sirenas de los pelotas y lameculos, no saldrán, jamás, a la calle, para saber la realidad de lo que el pueblo piensa de ellos.

Y no saldrán a la calle, a preguntar al pueblo llano lo que piensan de ellos por que en el fondo saben, a ciencia cierta, cual va a ser la repuesta del pueblo, todo lo contrario de los que les dicen aquellos que les rodean y que forman parte del mundo de lo que a ellos les gusta escuchar.

Llevados en volandas por su coro de cantores de sus maravillosas y únicas cualidades que le convierten en el más popular entre los populares, se niegan a escuchar la voz del pueblo, que les hará despertar del letargo y del círculo en el que viven, para devolverlos a la realidad.

Y estos personajillos de medio pelo, que viven sólo pendientes de lo que diga el círculo que les rodea, cantando sus enormes cualidades para ocupar los puestos que ocupan en la vida, nunca se atreverán a enfrentarse al veredicto del pueblo impidiendo, de esa forma, que sea el pueblo el juez que dictamine sus verdaderos valores ante el temor, no infundado, de que ese veredicto les diga las verdades del barquero y les lleve a la realidad, mostrándole que sólo son populares ante los ojos de los pelotas y lameculos que los rodean cantando sus grandes virtudes.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto