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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 29 DE OCTUBRE DE 2008

 

OPINIÓN / EL MAESTRO

La intimidad del menor
 


Andrés Gómez Fernández
andresgomez@elpueblodeceuta.com

 

El Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) ha publicado una lista de 81 objetores de EpC, con la particularidad de que, junto a los nombres de los padres, han puesto los de sus hijos. Este hecho ha servido para que los padres decidan llevar el caso a la Fiscalía de Menores, donde la fiscal lo estudiará. De momento, se pronuncia al considerar la publicación desde el punto de vista de una “falta de delicadeza”.

El llevar al BOJA los nombres de padres e hijos, por parte de la Consejería de Educación, tenía como finalidad la notificación de la resolución en contra de la objeción a EpC. También la señora fiscal opina que “parece más lógico que se hubiera publicado las iniciales”, haciendo hincapié en que podrían haber utilizado la fórmula de poner los nombres de los progenitores y las iniciales de los menores, fórmula que emplean normalmente todos los órganos públicos cuando se trata de temas que afectan a menores, considerando que lo publicado así puede afectar a la intimidad de los mismos.

De hecho, la propia Fiscalía de Sevilla, tiene una instrucción del Fiscal General del Estado que resulta que “debe prevalecer el derecho al honor, intimidad y propia imagen del menor, y que recuerda que en sentencias, edictos o resoluciones, debe omitirse datos como nombres, apellidos y domicilio de los menores o cualquier otro dato que permita su identificación”.

La Asociación Pro-derechos del Niño y de la Niña, PRODENI, considera que con la publicación en el Boja, la Junta de Andalucía está vulnerando su propia Ley de Protección del Menor, llamando la atención que “por un lado la Junta va contra la publicidad y la información que afecta a menores y, por otro, vulnera la propia Ley”. Siguen afirmando que no es que les hayan dado un premio a esos niños, sino que los han puesto para decir que son los hijos de los padres que han objetado; los están señalando y eso no está bien”.

La Junta insiste en que publicó los nombres de los niños porque no había podido notificarles la resolución. El propio defensor del Pueblo Andaluz, abrió una queja de oficio y pidió a la Consejería de Educación explicaciones sobre el tema. Y, mientras, los padres muestran su indignación por la citada publicación, estudian cuál será su respuesta.

La Consejería de Igualdad y Bienestar Social, que tiene la competencia sobre menores, se pronunció sobre la publicación en el BOJA de los nombres de 81 objetores de EpC, todos menores. Se aseguró que la Consejería “no ha visto bien” la publicación de esos nombres porque la Ley de Protección de Derechos del Menor, “está para todos” y porque en todos los casos de menores “hay que mantener la protección de su intimidad”.

Pero, qué manda la LEY: a) Los menores tienen derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen b) La difusión de información, o la utilización de imágenes o nombres de los menores, en los medios de comunicación, que pueda implicar una intromisión ilegítima en su intimidad, honra o reputación, o que sea contraria a sus intereses, determinará la intervención del Ministerio Fiscal… c) El menor tiene derecho a la libertad de ideología, conciencia y religión d) Los padres o tutores tienen el derecho y el deber de cooperar para que el menor ejerza esta libertad.

Ni el hecho de que la Fiscalía de Sevilla haya abierto una investigación, ni la queja iniciada por el Defensor del Pueblo Andaluz, ni tampoco la reprimenda de la Consejería de Igualdad, hacen cambiar de idea a la Consejera de Educación, en su actitud con los alumnos objetores de la asignatura EpC. La Consejera negó que haya vulnerado derechos de los menores al publicar los nombres de 81 objetores en el BOJA. Se defendió tildando de “acto exclusivamente administrativo” la referida publicación, que a su juicio, se ajusta al artículo 39.5 de la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas, alegando que no se publicó una relación de objetores, sino una relación de expedientes que eran necesarios tras varios intentos fallidos de notificación (¿?).

El caso ha llegado al Parlamento Andaluz, por lo tanto, se ha “politizado”. Por parte de uno de los partidos de la oposición se exigió a la Consejera que pidiera disculpas a las familias de los niños, argumentando que “si algún padre se ha sentido molesto, no tengo problemas en expresarle mis disculpas públicamente”, pero, recalcando, que no había vulnerado ningún derecho y atacando a la oposición considerando que se “había hecho una lectura partidista y malintencionada, en lugar de preservar a los menores”.

Las explicaciones no convencieron ni a la oposición ni a los padres. Éstos, siguen recordándole que la “publicación afecta a la intimidad de los objetores y conculcan gravemente a los derechos de los menores, considerando que la estrategia de la Consejera de Educación es “estigmatizar y amedrentar” a los que no están de acuerdo con la nueva asignatura y “señalarlos con el dedo”.

Al parecer, el “culebrón” no ha hecho nada más que empezar. Para los padres, pedir disculpas a las familias, no es suficiente. Piensan que la Junta ha incumplido, con la publicación de los nombres de los menores, con la Carta Europea de Derechos del Niño, la constitución Española y la Ley de Derechos de Atención al Menor. No están satisfechos con las explicaciones dadas, por la Consejera. El representante de los padres objetores, después de lo debatido, esperaba que la titular de Educación presentara la dimisión, que no se va a producir; por lo tanto, el caso, no resuelto, se prolongará…
 

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