Decía la sabia de mí abuela: “que
cuando el demonio no tenía nada que hacer, mataba moscas con
el rabo”. Si mí abuela lo decía, ustedes perdonen, pero yo
la creo a pie juntillas. Menos mal que no decía nada que
hiciera el demonio cuando no tenía nada que hacer, con los
cuernos. Cuando éramos niños, nos pintaban el demonio como
un señor con cuernos. De mayor, dejamos de creer en esas
cosas, porque teniendo en cuenta que el demonio no tiene
señora, nos preguntábamos quién le ponía los cuernos al
demonio.
Pues bien haciendo caso, como siempre, a las cosas que decía
mi abuela, y agarrándonos a la primera de las frases, esas
de matar moscas con el rabo, aquí en la España de los
españoles, cuando no tenemos nada que hacer, no es que
matemos moscas con el rabo, pero nos sacamos de la manga
cualquier cosa para entretenernos.
Como no teníamos mejor cosa que hacer, nos sacamos de la
manga, el asunto de las banderas, y una pila de gilipollas
se dedicó a quemar banderas españolas, en un alarde de
facultades no mentales, porque todos esos tienen menos
cerebro que un mosquito. Ya me contarán qué adelantaban con
esas luchas de las banderas y la quema de la bandera
nacional, la de todos los españoles de España.
Aquí, en esta tierra nuestra, siempre ha ondeado junto a la
bandera nacional, la bandera de Ceuta, sin que nadie se
rasgue las vestiduras por tal situación. Ni, por supuesto,
hemos alardeado de ello porque, antes de nada, nos sentimos
españoles por los cuatro costados.
Después del asunto de las banderas, les dio a todos esos
gilipollas por el idioma, tratando de arrinconar el
castellano, un idioma que hoy día, se habla en casi todo el
mundo. Donde los hispanos parlantes sumamos cientos de
millones y estamos imponiendo nuestra lengua incluso en el
país ese que dicen que es el más poderoso del mundo mundial,
América. Allí, en la América de los americanos, los votos de
los hispanos parlantes pueden decidir quien será el próximo
presidente de los EE.UU.
Me hace gracia, cuando veo por las calles de esos llamados
países que jamás fueron países si acaso, alguno de ellos
como mucho condado. Cuando salen a la calle a hacer
entrevistas cualquiera de las distintas cadenas televisivas,
el pueblo llano y sencillo, contesta en perfecto castellano.
Sólo los cuatro de siempre, contestan en ese idioma que
dicen que es el suyo y que son escasas las personas que lo
dominan. La preguntan del millón sería: ¿Por qué sólo son
estos los qué contestan en su idioma, obviando el
castellano?. La repuesta es bien sencilla, porque el hablar
en su idioma, obviando el castellano, es lo que les queda
para seguir sentado en alguna que otra poltrona y ganar,
cada mes una pasta gansa.
Si dejaran de hacerlo, perderían esa clientela a las que les
tienen comido, como dicen los chavales modernos, el coco. Y
si pierden esa clientela de qué cuento iban a vivir, todos
estos que no han dado un palo al agua en sus vidas.
Y ahora nos dedicamos, como si no tuviéramos problemas, a
saber quién ganará MC Cain o Obama. Para mí que gane el
Madrid. ¿Mira qué si gana MC Cain?
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