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sucesos - VIERNES, 7 DE NOVIEMBRE DE 2008


francisco manuel gutiérrez. a. samiñán.

entrevista
 

Francisco Manuel Gutiérrez: «El número de mujeres maltratadas
en Ceuta es proporcional al
aumento de extranjeras»

El juez Gutiérrez, que será uno de los ponentes en el Congreso de Violencia de Género que ha organizado para mañana la Federación de Vecinos, afirma que existe violencia de género más allá del plano físico
 

CEUTA
Luis Parodi

ceuta
@elpueblodeceuta.com

No le gusta confesar su edad. “Yo digo que he nacido en 1975, pero la edad no la digo”. Es magistrado del juzgado de 1ª instancia e instrucción número tres de Ceuta y ha sido invitado por la Federación Provincial de Asociación Vecinales de Ceuta para que exponga una de las cuatro ponencias que se desarrollarán mañana en el Congreso de Violencia de Género. Se especializó en esta materia en Aracena, por consejo del catedrático que iba a llevar su tesina y cuando pensaba que acerca de este tema ya se había dicho todo. Es experto internacional de violencia de género y acumula varias distinciones. Confía en la integración del maltratador, más que con el castigo, con el lavado de cabeza y la mentalidad arcaica.

Pregunta.- ¿De dónde le viene su interés por la Violencia de Género?

Respuesta.- Todo esto empezó cuando me incorporé a mi primer destino, en 2004. De repente entra en vigor la Ley de Violencia de Género y todo el mundo asustado, parece ser que era algo nuevo. Yo empezaba entonces mi tesina (trabajo previo a la tesis doctoral) y el catedrático que me llevaba entonces la tesina me dijo: ‘Oye, ¿por qué no lo haces de Violencia de Género?’. Al principio pensé que estaba todo dicho, pero me convenció y hoy día no me arrepiento. Es un tema al que la gente le tiene cierta manía, por su dificultad en el tratamiento, porque son personas y víctimas. Estoy en un juzgado mixto actualmente, pero no descarto irme a uno especializado en Violencia de Género.

P.- ¿Qué descubrió para que le gustara?

R.- Que la violencia de género no es un problema exclusivamente jurídico, sino que es una verdadera lacra social y que solamente con el ámbito judicial no se puede solucionar el problema. La aplicación de la ley necesita mayor carácter humanitario de la persona que la aplica, en este caso el juez. Descubrí entre otras cosas que la violencia de género se ejerce contra la mujer, pero que existen otro tipo de sujetos que forman parte del núcleo familiar y que deberían ser protegidos; y que gracias a las enmiendas que se han ido introduciendo ya se ampara a este núcleo familiar. Me refiero a menores o ancianos. También descubrí que después de tres años de funcionamiento de la ley ha salido una valoración por parte de los organismos competentes y todos llegan a lo mismo y es que la respuesta judicial ha mejorado, pero quedan cosas por hacer. Los procedimientos cada vez son más ágiles en cuanto a su instrucción, la víctima está mejor protegida, pero quedan cosas por hacer, como la creación de los juzgados exclusivos para la violencia de género. Eso es importantísimo y no se da en Ceuta. Aquí tenemos el juzgado número 4, que aparte de su tarea ordinaria de compartir asuntos civiles y penales, tiene también atribuida la competencia de violencia de género, con lo que el atasco es monumental. La violencia de Género necesita un tratamiento específico, lo que impide una atención más personalizada. En principio se crearon juzgados en las capitales de provincia, luego en ciudades más grandes, como Algeciras, Fuengirola o Jerez. Pero en Ceuta y Melilla, tres años después de que entrara en funcionamiento la ley de violencia de género, no se ha creado un juzgado específico, pese a la intención del Ministerio.

P.- ¿Qué siente un juez cuando aplica la ley y, sin embargo, ve que la víctima sigue estando desprotegida?

R.- Es un tema humanitario y de ética profesional. La víctima nunca está desprotegida, siempre se intenta proteger al máximo. A veces hay mecanismos que son más útiles desde el punto de vista social, es decir, que le pueden prestar más ayuda los servicios sociales que nosotros los jueces, que tenemos que protegerla de la posible comisión de un delito por parte de su agresor. A lo mejor a una víctima le importan más otras cosas que el hecho de que su agresor le pueda agredir, como tener derecho a una vivienda, que sus hijos estén con ellas, informarse de qué derechos laborales, sociales, educativos, sanitarios... le asisten, no solo los derechos judiciales.

P.- Parece que la violencia de género es un problema exclusivamente contemporáneo.

R.- La violencia de género en España se destapa a raiz de una anécdota. Una señora va a un programa de televisión, explica su problema y posteriormente la mata su marido. Eso ocurre en el año 1997, con la muerte de Ana Orantes. Hasta esa fecha, la violencia de género no despertaba ni interés social ni jurídico. Era algo que estaba ahí, había un montón de cifras negras, pero nunca se había destapado como un problema de interés. En otros países se consideraba que laviolencia de género era un conflicto familiar, donde no tenían que entrar los poderes públicos. A partir de 1997 se ven las estadísticas. En 1984 aparecen los primeros datos de violencia doméstica, antes no hubo ningún dato, ni del Ministerio de Interior, ni de Justicia.

P.- ¿La violencia de género es siempre física?

R.- Hay veces en las que la violencia puede ser psicológica e incluso patrimonial o religiosa. La patrimonial se produce cuando el marido prohíbe sacar dinero, restringir los recursos con respecto a la familia. Religiosa es cuando se prohíbe hacer cualquier cosa con respecto a la ideología. Hay una ley catalana de abril de este año, en el que se amplía los supuestos de violencia a la patrimonial. Este término patrimonial se irá aplicando poco a poco. Pero es que en Ceuta, donde tenemos distintas culturas, debería existir el apartado religioso. Hay parejas o matrimonios donde el matrimonio es de raza musulmana y cristiana.

P.- Si le damos la vuelta a la tortilla, se dan casos de violencia de género de mujer hacia el hombre.

R.- Es verdad, pero el dato estadístico es muy inferior al contrario. El Tribunal Constitucional se ha referido a las penas que se les imponen a un hombre y a una mujer por los mismos actos de violencia. ¿Por qué para un hombre es mayor la pena que para una mujer? Dice el Constitucional que la violencia que se ofrece contra la mujer tiene mayor lesividad que al contrario; y el Tribunal ha declarado constitucional el tan polémico artículo 153/1 del código penal.

P.- Pero a lo mejor esa violencia es más psicológica...

R.- Es muy difícil y complicado de probar. ¿Cómo acreditamos que una señora se encuentra inmersa en una crisis psicológica por las malas relaciones con su pareja?

P.- ¿Son justas las penas que se imponen a los maltratadores?

R.- Las penas son las que el legislador establece y ahí nadie puede entrar. El problema para solucionarlo no es dar una mayor pena, sino darle al maltratador un programa de rehabilitación. La raíz del problema es ¿por qué se ha causado la agresión? El quid está en cambiar la mentalidad de ese señor. Reeducar es posible.

P.- ¿En Ceuta hay más violencia de género con respecto a España?

R.- En Ceuta hay un dato que resulta trascendente y es que el número de mujeres maltratadas es cada vez mayor en cuanto al aumento del número de extranjeras. Hay proximidad con la frontera y una cultura diferente y eso hay que tenerlo en cuenta en nuestro sistema de convivencia. Muchas veces la mujer extranjera no viene por miedo a que se le expulse del país, pero, a veces, incluso, se las puede regularizar.
 

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