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OPINIÓN - MARTES, 11 DE NOVIEMBRE DE 2008

 

OPINIÓN / EL MAESTRO

Somos lo que leemos
 


Andrés Gómez Fernández
andresgomez@elpueblodeceuta.com

 

Por qué es bueno leer? Para el profesor Ricardo Moreno Castillo, Catedrático de Instituto, autor del “Planfeto Antipedagógico”, en el que denuncia la grave situación de la enseñanza derivada de la LOGSE, porque, a que quien lleva un libro en el bolsillo, nunca se le hará largo el camino, ni un tiempo de espera, ni unas horas sin compañía. El día del buen lector no tiene tiempos muertos, porque el libro le defiende de la soledad y la rutina… porque somos lo que leemos. Porque no somos más que nuestros recuerdos, y entre ellos están los de las cosas que hemos imaginado hacer.

El citado profesor nos cuenta sus intentos para convertir a sus hijos en lectores. Lo primero y fundamental es leer con los hijos. La hora de los cuentos debe ser un hábito igual que el de las comidas. Para mantener la atención, funciona el truco de Scherazada, consistente en leer una historia larga en varias jornadas, interrumpiendo siempre hasta otro día, en el momento más emocionante. Libros como la “Odisea” o de “Los caballeros de la Tabla Redonda”, versiones adaptadas a los niños, pueden servir para este caso. También enganchan a los niños hacer dibujos de una historia que han leído. Por ejemplo, de un cuento, dibujar escenas de la narración y grapar las cuartillas, por lo que lo narrado quedaba así en comic…

Aceptando como buenos los intentos del Sr. Moreno Castillo para que sus hijos se sintieran interesados por la lectura, en los momentos actuales. ¿Cuántas familias se podrían dedicar a ellos? Además, datos recientes, demuestran que los niños tienen otros entretenimientos y pasatiempos que influyen de formas más decisivas que sus vidas que leer un libro. Entre ellos, el tiempo que los escolares pasan frente al televisor, que se resta de otras actividades tan importantes como la lectura, el trabajo escolar, la interacción con la familia o el desarrollo social… El ordenador –mal utilizado- los videojuegos… también son elementos que participan de la absorción del tiempo libre del niño.

Con este triste panorama, la formación de nuevos lectores, sigue siendo una responsabilidad fundamental de la escuela, porque muchos niños no están en contacto con libros desde pequeños y, fuera del colegio, casi no tienen posibilidad de explorarlos, ni de que se los lean, ni de elegir qué leer. Por otra parte, ese fomento de la lectura no ha de ser una tarea exclusiva de los docentes que se responsabilizan del Área de Lenguaje –cuando se refiere a la ESO-, ya que en todas las áreas hay textos muy interesantes. De ahí surge la necesidad de llevar acciones a cabo que logre el interés de los alumnos por la lectura.

No olvidemos los resultados del último Informe Pisa, donde, tanto en Matemáticas como en Lenguaje, nos dejaron a todas luces en situación deficitaria con respecto a otros países. Y la culpa se la achacaban a la lectura. Nuestros alumnos no entendían lo que leían. Una gran labor por parte de la escuela para recuperar posiciones, que nos pongan en el lugar que nos merecemos.

En reciente informe a nivel nacional –da la sensación que con sólo los continuos informes, la solución se va a resolver- la lectura no es una de las actividades prioritarias de nuestros alumnos de Enseñanza Primaria. En el informe, uno de cada cuatro alumnos de Sexto de Primaria (niños y niñas de 11 años), reconoce que no le gusta leer, y el cincuenta por ciento dedica menos de una hora a la semana a leer en clase. Con estos datos, nos encontramos ante un grave problema, que nos lleva a introducir estrategias para mejorar este aspecto tan importante en la formación de nuestros alumnos.

Como una referencia, conviene tener en cuenta el reciente informe realizado por un medio de información escrito, referido a personas adultas: sólo un 20% afirman que leen todos los días. En nuestro país, triunfan los libros con la única voluntad de pasar el rato. Se destaca una novela que acapara la atención de muchos lectores: “El niño con el pijama de rayas”, en primer lugar, a mucha distancia de otras publicaciones, se lee un clásico inamovible: “D. Quijote de la Mancha”. También textos muy socorridos, como “Los girasoles ciegos”, recientemente llevado al cine.

Conviene tener en cuenta en esto de los informes: una cosa son las ventas y otra la lectura. Muchos libros se compran y no se leen; otros los compra uno y los leen otros, por lo que a la hora de realizar el estudio, es necesario considerar estos factores.

Volviendo al alumno, el maestro en su grupo, detecta enseguida a los alumnos que leen, no sólo por la actividad realizada en el aula, sino por su afición, que aprovecha su tiempo libre para leer. Su vocabulario enriquecido, su libertad y desenvoltura para la exposición de temas en sus conversaciones con sus compañeros y maestros. Por lo tanto, hay que insistir en este aspecto, ya que cuando vaya progresando académicamente lo agradecerán. Y sobre todo, cuando se integran en la sociedad. ¿Cuántos lamentarán no haber desarrollado el hábito de la lectura?

Y no puedo dejar de referir un hecho que me ocurrió este verano, en un viaje que realicé a Cataluña. El hijo de un familiar próximo me explicaba que a él le gustaba mucho leer. Que todas las semanas se leía un libro. Los viernes, después de su jornada escolar, con pleno apoyo y autorización de sus padres, visitaba una librería que se encontraba en el trayecto desde su colegio a su casa. Allí, en la librería, retiraba su libro libremente elegido por él. El valor del libro pasaba a la cuenta de sus padres. Un hecho ejemplar, de un alumno que estudia en E. Primaria
 

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