PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - JUEVES, 13 DE NOVIEMBRE DE 2008

 

OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

Espías publicitarios
 


Quim Sarriá
quimsarria@elpueblodeceuta.com

 

Regreso de hacer gestiones particulares y me encuentro con un antiguo compañero del equipo de fútbol mataronense en el que jugué mis últimos partidos, rondando los cuarenta y dos tacos, antesd e abandonar definitivamente la práctica del deporte rey.

Nuestro encuentro no fue casual, mi antiguo compañero me confiesa que sabía mi dirección y por ello se hizo el encontradizo. Simplemente quería abrazarme y comunicarme personalmente que están preparando una fiesta en recuerdo todos los miembros del equipo.

Un acto que me enorgullece.

Cuando entro en casa, el vestíbulo está concurrido por varios vecinos en une stado bastante alterado por los nervios y la indignación. Pregunto, al del tercero segunda, que qué es lo que pasa y me responde que un chaval ha estado apuntando los nombres de los vecinos, incluidos los pisos y puertas que se encuentran en las ventanillas de los buzones de la correspondencia.

Bueno, la pretensión de los vecinos es presentar denuncia a través del Presidente de la comunidad, pero como no han conseguido identificarlo les aclaro que lo veo crudo.

No es la primera vez que ocurre este hecho, es frecuente que chavales jóvenes de ambos sexos entren en los edificios y copien los datos de los vecinos para utilizarlos en el envío de publicidad. Ellos pueden que no tengan culpa alguna, ganar unos dinerillos por hacer eso no es pecado, pero si resulta muy engorroso y pesado retirar la publicidad que nos meten en los buzones, muchas veces sin ninguna utilidad verdadera, y en algunas ocasiones nos estropean los sobres de correo buenos, los que tienen cartas y documentos necesarios.

Algún que otro vecino se ha cabreado bastante con ese tipo de publicidad porque el otro día, al tirar la abultada correspondencia publicitaria, había incluido un sobre con documentación bancaria. Cuando se dio cuenta de que faltaba ya estaba camino del vertedero…

Debemos y tenemos que hacer algo contra esas empresas que introducen su publicidad en nuestros buzones sin consentimiento alguno y utilizan nuestros datos de manera tan abusiva que algún día puede ocurrir una desgracia en forma de atraco armado en la propia vivienda.

No hay manera de evitar que se cuelen en el edificio. Suelen llamar a cualquier vecino a través del comunicador exterior y decirle que es el cartero o el repartidor de la tienda de la esquina.

A pesar de que en el portal tenemos un cartel que indica que no aceptamos publicidad, no hacen caso. Puede ser que sean inmigrantes que no saben leer castellano o catalán, pero siempre es algún vivo que lo hace a sabiendas de que no los aceptamos, siempre los hay.

Resulta, a todas luces, bastante molesto encontrarse todos los días con el buzón lleno a rebosar de trípticos, folletos, revistas carrefoureras y del campero, hojas sueltas escritas a mano, hojas de restaurantes chinos con la tira de platos y menús para cuatro, cinco, seis, veinte personas, hojas de manicuras, pedicuros, dentistas, venta de coches, magos, tarots, venta de pisos…, en fin, que llenan hasta el pavimento de panfletos que invitan a quemar las empresas que lo publican.

A pesar de que en nuestro vestíbulo hay un recipiente contenedor para que los vecinos tiren la publicidad que encuentran en sus buzones, no da abasto para tanto papel y encima el repartidor publicitario deja una buena pila de publicidad en el borde de la escalera de acceso a los pisos, cuando no quiere o no puede introducirlo en cada uno de los buzones.

Lo malo es que cuando entran los vecinos chiquitos después del cole, suelen jugar con los papeles distribuyéndolos por todo el vestíbulo. Si tenemos en cuenta que el vestíbulo es de 90 metros cuadrados ya me dirán Vds.

Que vivamos en la sociedad de consumo no significa que consintamos que utilicen nuestros datos para enviarnos publicidad no aceptada.

Tampoco nos hace gracia el montón de etiquetas de cerrajeros que suelen pegar en las puertas y las persianas metálicas alrededor del hueco de la cerradura. Son difíciles de despegar y encima se quedan pegadas en los dedos. Una leche.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto