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sociedad - VIERNES, 14 DE NOVIEMBRE DE 2008


un momento de las charlas. reduan.

Plan para la mejora de la Convivencia y la Seguridad
 

Callar no es la solución

La Guardia Civil, dentro de las charlas
del Plan de mejora de la Convivencia, recomienda a los escolares denunciar a padres o profesores los casos de bullying pues pueden “acabar con una situación injusta”
 

CEUTA
David F. Pascual

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Las charlas del Plan Director para la Mejora de la Convivencia Escolar volvieron un curso más al colegio San Daniel. La temática fue la misma, pero el público es diferente. El sargento de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil, José Romero Moreno, se encargó de la charla sobre el ‘bullying’ o acoso escolar.

Desde un principio el representante de la benemérita tuvo como objetivo meter en la cabeza de los pequeños que las imágenes de situaciones de acoso que estaban viendo eran reales. “No es una ficción”, advirtió. La conferencia se estructuró ante un mismo hilo conductor: la denuncia.

Primeramente el responsable de la charla definió exactamente qué es el bullying. Según explicó, se produce acoso escolar cuando hay insultos, golpes, difamaciones, vejaciones y robos, de forma continuada entre escolares y dentro del centro. Normalmente estas agresiones tanto físicas como psicológicas suelen tener como blanco a una persona débil. Otro elemento clave es que el acoso se produce ante un público, esto es, delante de más gente.

Romero dejó claro que cuestiones tales como los motes o las risas cuando un alumno lo hace mal en clase o se equivoca en la pizarra no son casos de bullying. “Entendemos que estos son momentos en que todos se ríen de todos y sin mala fé”, remarcó.

Tres son los protagonistas en un caso de acoso escolar: el agresor, la víctima y el espectador. El papel de estos dos últimos es decisivo a la hora de denunciar, aunque más si cabe del público puesto que no está implicado directamente.

Otros actores del proceso son los complices. Espectadores consentidores de la agresión que están al lado del matón. Para estos el guardia civil dirigió un mensaje y es que ahora la grabación y difusión de imágenes de acoso supone que son también autores de la agresión.

Muy por encima el responsable de la charla comentó las distintas penas para los agresores en los casos de bullying. Hasta tres años de cárcel (o en su caso un centro de menores) pueden llegar a pasar los condenados por un delito de lesiones. Mientras, para casos de tratos degradantes la pena sería de hasta dos años, según informó el sargento Romero.

Hay que comunicarlo

“Si no puedes hacer nada vete del sitio y comenta esta situación ante un adulto responsable”, es una de las recomendaciones que propone el material didáctico de las charlas del Plan para la mejora de la Convivencia y la Seguridad Escolar. La denuncia puede ser anónima. Existen buzones o líneas telefónicas para comunicar este tipo de casos con total anonimato para el denunciante.

En este sentido el sargento de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil quiso borrar de raíz entre los escolares el mito del chivato. “Ser valiente no es ser un chivato. Armándose de valentía una persona puede contribuir a que una situación injusta que daña a alguien deje de ocurrir”, apostilló.

Aunque son menos los casos, también se da que la víctima, cansada de recibir vejaciones repele las agresiones con más agresiones. Ante esto el responsable de la charla no dudó en contestar que la venganza no es la solución.

Para ilustrar mejor la actuación policial y judicial ante el acoso escolar Romero describió un caso particular acaecido en un instituto de Ceuta hace un tiempo. Una joven estudiante denunció a sus padres. El caso se judicializó y hubo autorización para la colocación de cámaras en determinados puntos del centro, como por ejemplo los servicios. Las filmaciones demostraron que se trató de un caso de violencia escolar. Así, tres niños acabaron internados en un centro de menores por un tiempo.

El caso ‘Jokin’

Una escolar preguntó a los guardia civiles por qué los acosadores de Jokin, el pequeño vasco que se suicidó tras ser víctima del bullying. Los responsables de la charla explicaron que no se pudo demostrar que el suicidio se debiera al acoso. No pudo abrirse una investigación por que todo se conoció cuando el menor se quitó la vida.

Como epílogo a su intervención el sargento de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil dejó para los niños una frase: “El mundo no está amenazado por malas personas sino por aquellos que permiten la maldad”.
 

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