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sociedad - LUNES, 17 DE NOVIEMBRE DE 2008


bebé participando en el programa. a.s..

Asociación de Síndrome de Down
 

Con un poquito más de
esfuerzo, todo se puede

Comienzan su entrenamiento desde
que son bebés, inocentes e inconscientes, pero el refuerzo y la constancia de familiares y educadores consiguen que el Síndrome de Down no sea una barrera para la educación
 

CEUTA
Cristina Marzán

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Llegan siendo unos pequeños seres que no hablan y sólo ríen o lloran. Y se marchan formados, siendo adultos, y con grandes capacidades, dentro de sus limitaciones, para desarrollar una vida normal y lo más completa posible.

A pesar del estereotipo marcado por una sociedad etiquetada e ignorante, el Síndrome de Down es una discapacidad psíquica con cierto grado de retraso mental, facciones características y, con frecuencia, los enfermos padecen defectos cardíacos y otros problemas de salud. Lo que no significa que no puedan o tengan denegado ese derecho a la educación y a la realización personal y profesional. De ello se encargan con esfuerzo y constancia, no sólo familiares y amigos, sino el equipo de profesionales de la Asociación de Síndrome de Down de Ceuta, que abre sus puertas y sus servicios a todos los sexos, edades y religiones con un amplio proyecto de preparación social. “Por la mañana trabajamos con adultos que no están en el sistema educativo y no tienen donde ir. Este año tenemos siete chicos y chicas entre 26 y 40 años y los formamos desde las nueve de la mañana hasta el mediodía”, explicó Marina López, psicopedagoga de la asociación y coordinadora del centro.

Desde tempranas horas los usuarios desarrollan al máximo sus capacidades con programas de Cálculo, Desarrollo Lingüístico, Conocimiento del Medio, Habilidades Sociolaborales, Educación Física, Informática y Manualidades. “Aunque varían los niveles dependiendo de la necesidad de cada paciente”, sintetizó la experta. Uno de los conocimientos básicos que a los adultos se les refuerza es el “manejo del dinero” a través del Taller del Euro porque “les cuesta mucho entender los céntimos, las sumas, las restas y los cambios”. Para estimularlos a nivel cerebral se trabaja el programa de lógica matemática y la lecto-escritura y “siguen aprendiendo. Las personas con Síndrome de Down antes se daba por supuesto que estaban limitadas y hemos comprobado que no en muchos estudios sobre el tema. Por ello es importante seguir estimulando para conseguir un mayor aprendizaje”, acreditó.

La herramienta informática es otro de los detalles que no se escapan en la tarea educativa de los usuarios del centro, ya que “les gusta mucho y viene muy bien porque se sigue reforzando lo que es la lectura y la escritura”. Todos estos campos de trabajo fomentan la preparación social y el nivel de integración de este colectivo a la hora de enfrentarse a un posible empleo, ya que varios ceutíes participan en el Plan de Empleo de la Ciudad.

Cuando va cayendo el sol el alegre escenario adornado con cariño y colorido para una estancia más agradable sigue siendo el mismo pero los usuarios de la Asociación de Síndrome de Down varían. Llega el turno de los pequeños, los que todavía no han asistido a la escuela o los que van a ella y no mantienen el ritmo del resto de sus compañeros y necesitan una ayudita más. “Tenemos bebés desde cero años; los padres les traen para incitarles desde que tienen uno o dos meses y les acogemos en el programa de Atención temprana para estimularles desde pequeños. Se les mueven con delicadeza los brazos, las piernas y se les acarician los mofletes para que mantengan la lengua dentro de la boca”, describió Marina López.

Logopedia, apoyo psicopedagógico, habilidades sociales e incluso actividades de hidroterapia e hipoterapia sirven para entrenar y reforzar los conocimientos que en edades tempranas se van mostrando a los niños. Claro está que “como a cualquier pequeño, no les gusta repetir una y otra vez, y menos las matemáticas o el lenguaje que es lo que más les cuesta. Entonces es cuando intentan desviarte hacia alguna historia y evadir responsabilidades”, sonrie la psicopedagoga.

Acreditado está que “responden bien, trabajan en el colegio y fuera de él e intentan esforzarse como cualquier otra persona. Sólo que la logopedia se sigue trabajando desde pequeños porque es su mayor problema”.
 

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