El joven que se vio involucrado en los sucesos del pasado
mes de octubre [madrugada del 25] y que denunció haber sido
golpeado en la espalda, a la altura de los riñones, por
algún policía al intentar auxiliar a un amigo inmovilizado
por los agentes de la UIR, se encuentra desde ayer
hospitalizado al presentar un cuadro de sangrado regular en
la orina, del que no parece recuperarse, y que según cuenta,
le sucede desde que sufrió el golpe aquella noche, en la que
por cierto, también sufrió una lesión en la clavícula.
Cristóbal Y. denunció a uno de los agentes, imputado días
después por el juez junto a otros dos funcionarios más de
esta unidad, por la “agresión”. El hecho es que el joven se
ha venido quejando del golpe recibido en la espalda.
Precisamente ayer al mediodía, acudió al nefrólogo para
valorarle su historia clínica. De momento fue trasladado al
hospital para practicarle ecografía y una nueva analítica
cuyos resultados preocupantes hicieron determinar al
especialista su ingreso en el clínico para valorar con
exactitud la procedencia del sangrado. Por su parte, el
compañero que también resultó lesionado con fractura nasal
volvió a ser operado.
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