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OPINIÓN - VIERNES, 21 DE NOVIEMBRE DE 2008

 
OPINIÓN / CARTAS AL DIRECTOR

Se acerca la Navidad

Por Adela Román Benítez


Se acerca la Navidad, la fiesta del pasarlo bien, de hacer regalos, la fiesta de las luces y los adornos, la fiesta de beber y de comer y poco más. ¿Pero a costa de quienes preparamos una suntuosa mesa para comer bien? A costa de los animales, las criaturas más indefensas ante la imparable maldad del hombre. Para ellos es la fiesta del horror, del sufrimiento, del dolor y por último de la muerte.

De forma cruel y bestial se acaba con estas inocentes vidas en los mataderos. Allí nadie los oye, nadie los ve o dicho mas fríamente a nadie les importa. ¿Y todo este sufrimiento y dolor de estas criaturas para qué? Para satisfacer el paladar del insaciable hombre que ha olvidado su relación con toda la naturaleza.

¿Nos hemos parado alguna vez a pensar en el sufrimiento que tienen que pasar los animales para que las personas tengan en su plato un buen trozo de carne bien aderezado y adornado del cadáver de un animal? ¿Por qué es el hombre tan insensible al dolor y sufrimiento ajenos? ¿Hemos mirado alguna vez a los ojos a un animal, esa criatura inocente a la que nosotros tan despreciativamente hacemos sufrir y que al final como un objeto de consumo damos muerte? Ellos son seres vivos que sienten alegría, pero que también siente la pena, el dolor y el sufrimiento que el hombre les causa.

Nuestros animales domésticos nos demuestran cada día que los animales sienten. Todos ellos, como nosotros, somos parte de la naturaleza. Ellos han sido creados por el mismo Dios que nos ha creado a nosotras las personas, por lo que compartimos el mismo hálito de vida. Por eso, cuando los matamos y consumimos, ¿a quien dañamos? En última instancia a nosotros mismos.

El hombre ha dispuesto de toda la naturaleza solo para sus fines y ha ultrajado a la Tierra sin el más mínimo respeto. El hombre se ha olvidado del verdadero sentido de la Navidad. Jesús nació entre animales y vino para traernos la redención pero no solo a los hombres, su acto redentor fue también para los animales y para toda la naturaleza. Entonces ¿cómo hemos llegado a desvirtuar ese acto de Amor de Jesús de Nazaret? Él dijo: “Lo que hacéis a las más pequeñas Mis criaturas eso me lo hacéis a Mí”. Y En estas grandes y hermosas palabras del Gran pacifista y Maestro del amor estaban incluidos los animales.

Por favor reflexionemos y sintamos en el corazón el dolor ajeno. Seguro que podemos ser menos insensibles, menos arrogantes creyéndonos los seres absolutos de la creación con “licencia para matar”, porque los animales también son seres de la creación. Además recordemos que hay una Ley universal, una Ley de Dios que dice: “Lo que siembres cosecharas”. Pensemos en los animales si de verdad celebramos el recordatorio de lo que sucedió en Belén, pues ellos dieron cobijo en el establo a Maria, José y al Niño. Llegará el día en que para conmemorar este maravilloso acto, el ser humano dejará de sacrificar animales, porque no querrá seguir contribuyendo al enorme dolor que se genera en la Tierra. Sin lugar a dudas con un rico menú vegetariano, la Navidad se acerca algo más a la fiesta de la Paz y del Amor.
 

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