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OPINIÓN - MARTES, 25 DE NOVIEMBRE DE 2008

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Me he enterado de que han cogido a “Cheroqui”. Ustedes están en todo su derecho de pensar que tengo más retraso que el reloj del Merado de Abastos, pues esta noticia hace unos días que se dieron en todos los medios de comunicación, y llevan toda la razón del mundo en ese pensar. En mi descargo puedo decir que a pesar de todo he tardado menos que Garzón en enterarse de que Franco lleva muerto treinta y tres años. No es por nada, pero le llevó ventajilla en enterarme de las noticias.

Un momento, no se me adelanten, he escrito “Cheroqui” porque no se escribir en euskera, idioma que se habla en el mundo entero pero, el menda lerenda, sólo sabe hablar en castellano y muy mal por cierto aunque, a decir verdad, se me entiende más que cuando habla Solbes, que no hay un dios que se entere de lo que está diciendo.

A lo que vamos, “Cheroqui”, me ha devuelto a mi niñez, cuando me encantaba ver las películas del lejano Oeste. Esas películas de los indios perseguidos por los americanos. La que liábamos, en el cine, cuando aparecía el muchachito, montado en su aballo, persiguiendo a los indios que se querían llevar a la muchachita con ellos. Todo el mundo aplaudiendo y animando al muchachito en su veloz carrera.

Además de los “Cheroquis” estaban también las tribus de los ”Arapahoes”, “Apaches” y “Cheyennes”. Creo que se escriben sus nombres así, tengo que reconocer que tampoco se escribir en el idioma indio de aquella época. Y mucho menos el idioma empleado por medio de las columnas de humo.

La lucha entre los americanos del lejano Oeste y los indios, se mantuvo durante varios años. Hay que reconocer que en una de las más importantes batallas, los indios venciendo al general Custer. Oiga, toda una odisea que los indios celebraron por todo lo alto, con sus cánticos alrededor de la hogueras correspondientes. Claro que ganar una batalla, no es ganar la guerra y esa la perdieron. Al final, como estaba mandado ganaron los americanos, enviando a los indios a una reserva de la que no podían salir ni, aún, estando en el tercer grado. Naturalmente que, por aquel entones, no existía el asunto del tercer grado. Así que al que osaba salir de la reserva le daban matariles.

Los grandes jefes de los indios, Sitting Bull y Caballo Loco, viendo como estaba el panorama y, sobre todo, que la juventud no estaba por el asunto de la guerra, que estaba más por divertirse y pasárselo bien, decidieron aceptar la propuesta, quedarse quitecitos en la reservas y dejar salir los sábados a la juventud con los amiguetes de discotecas y tal.

Los hijos de los grandes jefes, acogieron con grandes muestras de satisfacción la actitud tomada por sus padres, decidiendo hacer el amor y no la guerra, Una guerra que tenían perdida y que sólo les podía llevar a que le dieran matariles o a no salir jamás en sus vidas de la reserva.

El gran jefe “Cheroqui”, se pasaba el día insultando a los jefes americanos, pensando que jamás saldría de la reserva, que es donde debería estar. Y sus hijos, los hijos de…”Cheroqui”, estaban “acongojados” y dispuestos a no seguir los pasos de su padre.
 

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