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OPINIÓN - VIERNES, 28 DE NOVIEMBRE DE 2008

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Debemos ser optimistas

Lo dice hoy en este periódico Danuta Hübner la ministra europea de Política Regional, por cuyas manos pasa un tercio del mastodóntico presupuesto que cada año manejan las instituciones comunitarias en forma de fondos estructurales y de cohesión: “¡Pienso que debemos ser optimistas!”. Y lo afirma, así, entre admiraciones, a pesar de que el horizonte de 2013, cuando terminará el Programa Operativo actualmente en curso concluya y los países que forma la Unión Europea tendrán que afanarse de nuevo en la tarea de repartir la solidaridad y los esfuerzos para contribuir al proyecto común que empezó a forjarse hace ya varias décadas. La Ciudad Autónoma de Ceuta habrá recibido entonces y desde 1986 alrededor de 350 millones de euros. Es más que probable que ni siquiera entonces el Presupuesto de la Administración local en términos consolidados, con todo lo que comprende lo público dentro, llegue a esa cuantía, por lo que nuestros socios europeos nos habrán regalado, millón arriba millón abajo, cerca de una anualidad íntegra para acercarnos a la media comunitaria en múltiples indicadores (renta per cápita, servicios, nivel de vida, infraestructuras...). El mensaje, que es imposible de concretar porque ni siquiera se ha abierto aún el debate sobre qué ocurrirá con la política estructural y de cohesión de la UE a partir de 2013, debe ser interpretado por las autoridades locales y nacionales como un acicate para seguir haciendo el mejor uso de los fondos que sigue recibiendo tanto Ceuta como España. Primero, porque Hübner asegura que la Comisión Europea es “perfectamente consciente” de la “especial situación” de la ciudad y segundo porque la comisaria no muestra la más mínima duda sobre el correcto uso que se está haciendo de dichos fondos. Por tanto, tanto la Ciudad como el resto de agentes sociales implicados en la Comisión de Seguimiento de los Programas Operativos ya saben lo que les toca: afanarse aún más, si cabe, en la tarea de dar ejemplo de buen uso del dinero. Esa será la mejor razón para ser optimistas.
 

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