PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 30 DE NOVIEMBRE DE 2008

 

OPINIÓN / EL OASIS

Francisco Sánchez Paris
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Recién llegado Francisco Sánchez Paris a la ciudad, donde fue nacido, tras muchos años fuera de ella, me lo presentaron un día y ni siquiera me enteré del cargo que iba a desempeñar en el Gobierno presidido por Juan Vivas.

Es algo que suele ocurrirme casi siempre que me presentan a alguien. Porque suelo centrarme más en cómo es la constitución de la persona, sin caer en la impertinencia, que en prestarle atención a lo que se dedica. Y la constitución somática de Sánchez Paris me indujo a pensar que estaba ante una persona fiable y bondadosa.

Nunca se me ha dado mal juzgar a la gente a través de su fisonomía; pero tampoco es menos cierto que los yerros cometidos han sido sonados. Equivocaciones, eso sí, que no han mermado mi tendencia a sacar conclusiones de los demás dejándome llevar por sus facciones, sin conocer antes su naturaleza.

Poco después de esa presentación, mantuvimos Sánchez Paris y yo una conversación en la cual le adelanté los muchos problemas que tendría como asesor de Vivas. Y lo puse al tanto, aunque por encima, de mis conocimientos acerca de varios individuos que viven pendientes y obsesionados de que sus rivales se queden ciegos por más que en el empeño ellos terminen viendo con un solo ojo.

Personas con las que él, muy pronto, debería tratar y sufrir las consecuencias de las incomprensiones, por lo antes reseñado. Debido a que todo apuntaba ya a que Sánchez Paris sería el encargado de mantener las relaciones, siempre complejas, con los medios de comunicación, entre otras obligaciones.

En esa conversación, sostenida en un despacho de la planta que la leyenda urbana dice que está habitada por fantasmas, le conté al todavía nada más que asesor de la presidencia modos y maneras de actuar de ciertas personas con las que tendría que despachar. Y lo hice basándome en el conocimiento que de esas personas adquirí durante años, por haber compartido con ellas muchas horas de trabajo.

Pasaron varios meses, quizá más de un año, antes de que el nombre del ya director General del Gabinete de la Presidencia comenzara a sonar fuerte y fuera sometido a una persecución que despertó incluso la curiosidad de quienes no le prestan atención a cuanto sucede con relación a los asesores y cargos que pululan alrededor del presidente de la Ciudad. Persecución que le anticipé que se produciría un día de verano en que Sánchez Paris, por ser como es, disgustó mi vena susceptible y propició que mi altanería saliera en tromba.

Al cabo del tiempo, ha habido que esperar varios meses, he vuelto a tener otra charla con Sánchez Paris. La que nos ha permitido recordar cuestiones pasadas y presentes. Y hasta decirnos lo que más nos gusta o nos disgusta de nosotros. Él, por ejemplo, cree que yo suelo escribir frívolamente, a veces, de cosas serias. En cambio, él me parece a mí un tipo sorprendente; alguien que apenas tiene conocidos, pero siempre está al tanto de todo. Aunque en general, no es ni mucho menos un mal tipo como aseguran sus enemigos. Que los tiene y están localizados.

Y, desde luego, ha de ser muy eficaz como asesor. Pues, habiendo sido sambenitado en plaza pública, sigue siendo la sombra de Vivas y una figura que ha terminado por imponerse. Lo cual le ha costado, nada se obtiene porque sí, dolencias que no esperaba.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto