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OPINIÓN - DOMINGO, 30 DE NOVIEMBRE DE 2008

 
ÁNÁLISIS

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES. 24

Sopla viento de poniente fuerte y frío de noviembre. Salgo a la calle porque no tengo más remedio, pero ante la crudeza del tiempo el centro de la ciudad carece de animación y pronto decido buscar cobijo en mi casa. Aunque antes me es posible charlar con algunas aficionados que me muestran su disconformidad con el juego y, sobre todo, con el resultado de la Asociación Deportiva Ceuta frente al Club Deportivo Roquetas. Uno de esos aficionados, que da pruebas de tener buena memoria, me dice que ya va siendo hora de poner en práctica la idea que yo expuse con relación a cómo debería ser elegido el presidente del primer equipo local, en vista de que éste pervive gracias a las subvenciones municipales. ¿A qué idea se refiere? -le pregunté. A la de poner al frente del club a un profesional que tenga demostrado un conocimiento enorme de cómo ser presidente. Y ofrecerle un sueldo que tendría que defender fichando bien y manteniendo una férrea disciplina en el club, en todos los sentidos. Bueno, esa idea que mencionas no es mía, sino algo que viene funcionando ya desde hace mucho tiempo. El mejor ejemplo lo estamos viendo en el Coruña presidido por Augusto César Lendoiro. En fin, ya tendré tiempo de seguir ahondando en un asunto que merece la pena.

MARTES. 25

Paseo por la plaza de la Constitución, como es habitual en mí, y me encuentro con que se está celebrando un acto contra la llamada Violencia de Género. Allí están todas las autoridades. Finalizados los discursos, comparto unos minutos de charla con la viceconsejera de Medio Ambiente, Celinia de Miguel. A quien entrevisté una vez, hace ya la tira de tiempo, y desde entonces sólo hemos intercambiado los saludos de rigor cuando nos cruzamos por la calle o coincidimos en algún acto. Yo tengo de Celinia las mejores impresiones y sin embargo pocas veces he escrito de ella. Y hoy, cuando estoy dispuesto a sonsacarle cosas para plasmarlas en estas páginas, nos vemos desbordados por la llegada de compañeros suyos que se acercan a compartir palique. De modo que tengo la posibilidad de saludar con el mismo afecto de siempre a Yolanda Bel y asimismo comprobar que Mabel Deu está algo pachucha. Y que ni siquiera con mis bromas puedo sacarle la sonrisa que ella suele ofrecerme cada vez que nos vemos. El último en incorporarse a la reunión improvisada es Juan Vivas, acompañado por Francisco Paris y la corte de costumbre. Lo cual no impide que yo mantenga una breve charla con el presidente de la Ciudad. Quien, por cierto, abre la conversación con una revolera de ironía que a mí me cae la mar de bien y que, por falta de espacio, contaré mañana miércoles.

MIÉRCOLES. 26


Como lo prometido es deuda, aquí me tienen dispuesto a contarles lo hablado con el presidente de la Ciudad, ayer en la plaza de la Constitución. Pero antes me van a permitir que deje claro lo siguiente: cuando hablo con alguien sé distinguir perfectamente lo que puedo publicar y lo que debo almacenar en la alacena de mi memoria. Al grano: cuando Juan Vivas pasaba por el corrillo donde yo estaba se paró para saludarme y cuando me disponía a quejarme él se adelantó y me recordó que todavía no hace las alineaciones de la Asociación Deportiva Ceuta. La aclaración del presidente, repleta de ironía, era la mejor respuesta a lo que escribí el martes sobre él en ‘El oasis’, bajo el título de ‘El poder de Juan Vivas’. No obstante, pude decirle que si él veía justa la discriminación que se viene haciendo con ‘El Pueblo de Ceuta’ en ‘El silbato’: un programa deportivo de Radio Televisión Ceuta y que a mí me sigue pareciendo un producto de ínfima calidad. Un bodrio: coño. Las cosas claras y el chocolate espeso. La contestación del presidente de la Ciudad fue la siguiente: “Voy enterarme de las razones que existen para discriminar al ‘Pueblo de Ceuta’ en la televisión pública”. Y allá que continuó su camino entre parabienes y sonrisas.

JUEVES. 27


Nada más salir de La Pérgola, restaurante donde se bebe y se come muy bien, me encuentro con Pepe Ríos Pozo y no dudamos lo más mínimo en contarnos cosas nuestras cuando ambos estamos ya en una edad de la que sólo nos separan unos meses. Una edad donde los recuerdos empiezan a doler y debemos impedir que ellos nos dominen. Atrás quedaron aquellos años de tertulias en el ‘Rincón del Muralla’ y las muchas ilusiones que aún manteníamos. Unas cumplidas y otras que se fueron al limbo. Con Pepe es un placer hablar. Ríos Pozo, cuando yo lo conocí, era además un galán. Daba el tipo de manera que cuando vestía el esmoquin las féminas no le perdían de vista. Formó en su día una pareja comercial casi perfecta con Juan José Zapico Ríos, y ahora vive el descanso bien ganado de los guerreros. De él, allá en la década de los ochenta, se esperaba que probara fortuna en la política activa y muchas fueron las personas que anduvieron siempre prestas a pedirle que diera el paso decisivo. Pero jamás picó el anzuelo y se mantuvo en su sitio. Fue presidente de la Cámara de Comercio entre otros cargos y, por encima de todo, fue un gran empresario y sigue siendo un contertulio de altos vuelos. Hoy, antes de decirnos adiós, le he recalcado que no es malo que los recuerdos duelan. Pero que es mejor regatearlos todavía con el estilo que lo hace Zinedine Zidane cuando juega de manera festiva y nos deleita. Porque Pepe, al igual que servidor, es madridista fetén.

VIERNES. 28

A Pedro Carmona suelo verle casi todos los días a prima mañana. Los dos, aunque por distintos motivos, tenemos la costumbre de echarnos abajo de la cama muy temprano. Y siempre nos gusta decirnos las mismas cosas que acostumbran a decirse las personas que se caen bien y que se hallan a cada paso. Mis relaciones con Pedro vienen de lejos. De cuando él era muy joven y todavía estaba dispuesto a luchar por sus ideas. Pedro es el propietario de un restaurante que ha ido a más en todos los aspectos y que ha terminado por convertirse en un establecimiento donde los amantes de la buena cocina acuden confiados porque saben que nunca serán defraudados. ‘La Tasca de Pedro’, que así se llama el local, ha ido ganando fama de ser sitio en el cual el buen yantar está asegurado. Y es así porque su propietario no ceja en su empeño de hacer realidad ese dicho que habla de la necesidad de mejorar cada día. Pero a mí, al margen de que Pedro haya conseguido triunfar en algo tan complejo cual es la hostelería, lo que más me gusta destacar de él es que tiene una personalidad acusada y un sentido común capaz de hacerle distinguir el grano de la paja. De modo que le es posible no dejarse engañar por las apariencias. Que no es moco de pavo.

SÁBADO. 29


El viernes leí lo que ha dicho la Fiscalía acerca de la denuncia presentada por Comisiones Obreras por entender en su día que la contratación de Miguel Ángel Doncel, como engrasador en el Parque Móvil, había sido hecha de manera irregular. La Fiscalía ha dicho que no ve indicios de delito penal en esa contratación a la par que considera que ésta acaso podría ser considerada como ‘más o menos afortunada’. Dado que el hermano del colocado, lo digo yo y no el fiscal, disfruta a su vez de una posición muy destacada en el Gobierno y en el Partido Popular. Pero si hubiera que denunciar ante la Fiscalía todos los casos de personas que trabajan en Ayuntamiento y organismos dependientes de él, que consiguieron el empleo gracias a esa llamada actuación más o menos afortunada del político de turno, a buen seguro que los juzgados estarían más colapsados de lo que nos dicen que están actualmente. Pero más que la reflexión del fiscal con relación a la denuncia hecha por Comisiones Obreras, lo que me vuelve a llamar la atención es que quien no deja de alzar la voz de la denuncia en tales casos, sea el mismo que presume, cuando se encuentra a gustito, de haber colocado a mucha gente debido a la influencia poderosa que siempre ha tenido en el edificio municipal. Y es que Juan Luis Aróstegui ve nepotismo allí donde él ha cometido acciones más o menos afortunadas. Para eso tiene, según él, el mejor caletre de la ciudad.
 

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