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OPINIÓN - DOMINGO, 7 DE DICIEMBRE DE 2008

 

OPINIÓN / SNIPER

Prohibamos ya el “burka” y el “nikab”
 


José Luis Navazo
yebala06@yahoo.es

 

Ni fue una provocación ni tampoco una puesta en escena; si así lo hubiera deseado, no duden que habría montado un espectáculo. Me limité sencillamente, en el marco de unas jornadas sobre vigilancia y seguridad privadas organizadas en Ceuta por el “Grupo Ecos”, a ponerme por unos minutos un “nikab” durante mi ponencia llamando la atención a los presentes sobre el problema: “¿Me dejarían ustedes entrar (a un supermercado, un banco…) con un pasamontañas…?, No, claro. ¿Y por qué sí a una presunta señora con un burka o nikab?”. Ya había escrito en varias ocasiones alertando sobre el particular (me remito a las columnas del 19 de julio de 2007 y 15 de febrero de 2008), decidiendo esta vez pegar un aldabonazo en un marco particularmente oportuno pues, entre analistas y expertos en seguridad, suele haber consenso en la necesidad de prohibir en espacios públicos el uso de estas prendas islamistas (el tradicional “hiyab” o velo islámico es otra cosa). ¿A qué esperan nuestros políticos para legislar en este sentido…?; ¿a un atentado terrorista, perpetrado por una presunta mujer tapada con una de estas medievales y oscurantistas prendas?.

Pensar globalmente y actual localmente. No hace falta esperar a que el Parlamento legisle al respecto; los alcaldes tienen potestad para prohibir, mediante una ordenanza, el uso de estas prendas aberrantes (y de latente peligro) en los espacios públicos de las ciudades. Durante el año pasado el presidente del Grupo Municipal del PP en Barcelona, Alberto Fernández Díaz, solicitaba al pleno la prohibición del uso del “burka” en la Ciudad Condal, mientras que “Plataforma por Catalunya” presentaba propuestas en cuatro ayuntamientos catalanes en esta dirección pues, como acertadamente señalaba el presidente de esta formación política, Josep Anglada, “el burka plantea problemas de seguridad ciudadana”. Insistamos: no se trata de religión y mucho menos de racismo; es una mera medida de seguridad preventiva, apoyada por sectores abiertos y moderados del mundo musulmán.

¿Y en Europa…? Se camina poco a poco, e incomprensiblemente despacio, en este sentido. Italia (país con una población musulmana similar a la de España, un millón largo), junio de 2005: el ministro de Justicia, Roberto Castelli, anuncia la posibilidad de multar (por la simple aplicación de la ley vigente) a las mujeres que vayan con el rostro cubierto, siendo respaldado un mes más tarde por el Parlamento al promulgar una ley antiterrorista que considera delito esconder el rostro en público; en Bélgica algunos ayuntamientos (como el de Maaseik) ya han dado este paso, mientras que el Parlamento regional tiene aprobada una ley que prohíbe el uso del “burka” en público. Pero es la abierta y tolerante Holanda, cuna de la ideología multicultural, quien se ha atrevido a respaldar a la ministra de Integración, Rita Verdonk, con lo que ya empieza a ser un clamor: la prohibición del “burka” en la calle e instituciones públicas. ¿A qué esperamos en Ceuta, Melilla y el resto de España…?. En el vecino Marruecos su joven soberano, Mohamed VI, se confesaba así hace unos años (2001 para ser exactos) a la periodista francesa A. Sinclair sobre la situación de la mujer: “Este burka que las encarcela es ciertamente una prisión de tejido, pero además es una prisión moral”. ¿Qué opinarán al respecto los líderes políticos de Ceuta…? Buena pregunta, ¿verdad?
 

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