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cultura - LUNES, 8 DE DICIEMBRE DE 2008


tomás moreno 'tomasito'. A. SAMIÑÁN.

Cantante, bailaor, artista y sociólogo
 

‘Tomasito’: «Los músicos somos como los doctores, si nos llaman tenemos que acudir y responder»

El cantante jerezano se destapa y hace un
repaso por los pasajes de su vida, de la que destaca los ojos de Lola Flores, su ingreso en el mundo de la discografía y su interés por los lugares pequeños para cantar
 

CEUTA
Luis Parodi

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Tomasito, visto de espalda, parece en La Sala uno más de los técnicos de sonido. Después se da la vuelta y ves que tiene una particularidad, que es gitano. Luego, cuando empiezas a hablar con él te das cuenta de que podría ser un técnico de sonido más, pero que tiene una particularidad, el don de la espontaneidad. Eso, mezclado con flamenco, sí que da la fusión. Tomasito es papá desde hace tres años y está a punto de recibir a su tercer hijo. Pero su periplo anterior ofrece un surtido de curiosidades: algunas de ellas se las quedará para siempre, por olvido o por arrinconadas en la memoria; otras, las comparte como si Lola Flores estuviera viva. “Me gusta que me pregunten por ella”, cuando podría estar harto realmente.

Pregunta.- ¿Suele tocar más en sitios pequeños que grandes?


Respuesta.- Normalmente suelo tocar en sitios grandes, pero donde yo empecé fue en los sitios pequeños y ahora la verdad es que toco donde me llaman. Si se llega a un acuerdo pues toco en la Sala, a mí me da igual si caben 100 como si caben 5.000. Los músicos somos como los doctores, si nos llaman tenemos que acudir para responder y curar.

P.- ¿Prefiere tocar en sitios más grandes o en pequeños?

R.- Lo importante es tocar, que tenga buen sonido, que nos escuchemos todos, aunque lo más auténtico son las salas pequeñas. Es como grabar un disco. No es lo mismo cuando tienes al público enfrente de tu cara que cuando lo tienes a 50 metros.

P.- Pero después de cantar en escenarios amplios, ¿le sigue motivando un lugar más pequeño?

R.- Me motiva todo. Ayer estuvimos en San Fernando actuando en un local pequeñito y me partí la camisa y todo. No había vallas, no había nada, pero es que me mola tó. Mira, ‘Prince’ lo está haciendo ahora, se ha llevado tres meses por allí tocando conciertos en salas y a 15 euros la entrada.

P.- ¿Cuánto tiempo considera que lleva usted en el escaparate?

R.- Muchos años. Empecé con ocho. Tengo ahora 39 años, tú sabes...

P.- Por Lola Flores le pregunta todo el mundo...

R.- Todo el mundo, además a mí me encanta, porque ha sido una referencia en la vida. La faraona, compadre. Eso era todo espontaneidad, viveza... Nada más que como se vestía ya, como te cataba. Después de las actuaciones te cogía y te decía, vámonos a comernos unos garbanzos allí al ‘Lerele’.

P.- ¿Cuántos años tenía usted entonces?

R.- Yo tenía 14 años. No, mentira. Menos, tenía menos, unos 9 años. Estaba yo en Jerez y mi madre era muy fan de Lola Flores. Ya sabéis, las gitanas viejas pues les gusta esas artistas. Mi madre me sacó a bailar y entonces Lola Flores... lo que le gustaba de mí eran los ‘pitiitos’ que pego -se mete el dedo meñique entre las comisuras de los labios y empieza a dar silbidos al estilo de Huckel Berry Finn-, le hacían mucha gracia. Tocaba el pito por bulería, le hacía mucha gracia y ella no había visto nunca eso. Es una mujer -habla en presente- que ve el arte. La vida y el arte tienen gracia cuando va el ritmo al compás.

P.- ¿Sigue manteniendo la inocencia que tenía con esa edad?

R.- Claro que sí, porque cuando me subo al escenario lo noto, mantengo la inocencia. En la vida real también la llevo, no tengo maldad.

P.- ¿Qué supone para usted estar en Ceuta o en Nueva York y llenar?

R.- Es muy grande. Esto es un globo terráqueo y adonde vayas tienes que darlo todo.

P.- ¿Sube su autoestima?

R.- A mí me gusta porque son diferentes culturas. En todo el mundo hay cultura detrás y en cualquier sitio que actúo me siento a gusto. Quien escucha nuestra música y lo agradece... He estado en Jerez, en Ceuta... en todos lados me gusta actuar.

P.- Siendo de familia humilde, ¿no se le puede subir a la cabeza?

R.- A mí no.

P.- ¿Cómo mantiene los pies en la tierra?

R.- Después de un concierto, me bajo y estoy con la gente y el público. Si tengo que aguantar 100 firmas, pues las aguanto; si tengo que aguantar otras tantas fotos, pues las aguanto. Eso es bonito realmente. Cuando no se puede no se puede. En todo el mundo gusta escuchar culturas musicales. Yo he pisado con Lola Flores escenarios de Nueva Zelanda, Australia... yo qué sé... he estado en muchos sitios.

P.- ¿Usted qué papel tenía?

R.- Yo cantaba y bailaba. Ella me daba mi sitio. En la televisión sobre todo. Cuando empezó Telecinco... yo he currado mucho con ella en la tele y me daba una vida... ‘Venga Tomás, alégranos la vida; sal aquí cantando y nos bailas lo que tú quieras’.

P.- ¿No le cortaban las cámaras?

R.- A mí qué me va a cortar... A mí cuando me llamaba por teléfono ella, pum, pum, pum -se toca el pecho- la patata del corazón... No sabes la energía que suelta esa mujer na más que le ves los ojos. Temperamento, saber estar con la gente, en el escenario, arte. Fue la primera que me dio a conocer. ‘¿Tú quieres grabar un disco?’ ‘Venga, yo lo grabo’, le dije yo. ‘Venga, pues graba tú la maqueta que yo la presento’. Ella me ayudó a meterme en el mundo de la discografía.

P.- ¿Y con Antonio Flores llegó a tener relación?

R.- También lo conocía, claro. Y a Rosario. Ella y Lolita todavía me llaman para algunas colaboraciones que les hago.

P.- ¿Cómo se definiría como persona?

R.- Joder. Un poco inquieto, nerviosillo. Pero también tengo mi parte de tranquilidad. Siempre soy investigadora, siempre pensando.

P.- ¿Tiene mucho tiempo libre?

R.- Los busco. Tengo familia y hay que buscarlo. Y si no los tengo, hay cosas en la vida que me estimulan para conseguir salir adelante.

P.- ¿Canta todo los días?

R.- Siempre estoy en contacto con la música, sino es cantando es tocando la caja -y comienza a darle palmadas rítmicas a las escaleras donde está sentado- y ya he hecho algo en el día.

P.- En las familias gitanas vivís muy unidos. ¿Cómo lo lleva en su caso? El irse de gira...

R.- El niño siempre preguntando que voy a cantar, que cuando vuelvo. Yo no elijo irme un mes o dos meses. Yo si me voy es una o dos semanas, si no, la familia viene conmigo. Si te llevas más tiempo de la cuenta fuera, acabas separándote de la familia. Un año, no; pero dos, tres, cuatro, cinco, seis... acaban hartándose.

P.- ¿Ve en sus hijos lo que Lola Flores vio en usted?

R.- Bueno, el mayor no veas, es listillo, tiene tres años y ya canta y tó. Está todo el día con la batería, con la música, me tiene loco, compadre.

P.- ¿Y le enseña los vídeos de cuando usted empezó?

R.- No le enseño mucho y no quiero inculcarle tanto, lo que pasa es que me ven todo el día con la guitarra, pero yo quiero que ellos decidan.
 

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