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sociedad - MIÉRCOLES, 10 DE DICIEMBRE DE 2008


momento del sacrificio. reduan.

fiesta del sacrificio
 

La Ceuta musulmana celebra sin incidentes un nuevo Día del Cordero

Cerca de 5.000 borregos fueron sacrificados
en el matadero y en las 9 carpas instaladas en las distintas barriadas para evocar la prueba bíblica a la que Dios sometió a Abraham
 

CEUTA
Rober Gómez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La ciudad de las cuatro culturas vivió ayer la que es una de las festividades más arraigadas entre una de sus comunidades, la musulmana, que celebró el Aid-El Kebir, comunmente conocida como el Día del Cordero. Los más de 30.000 creyentes en Ceuta cumplieron con el rito y dieron muerte a unos 5.000 borregos a lo largo de una jornada en la que las familias se reunieron en torno a la mesa para evocar la historia bíblica en la que la Divinidad evitó en el último momento que Abraham sacrificara a su hijo. El profeta superó la prueba de fe y, por ello, 1.300 millones de musulmanes lo celebran 40 días después del Ramadán.

Antes de las nueve de la mañana, las distintas mezquitas llamaban al rezo a los más de 30.000 ciudadanos musulmanes que habitan la ciudad autónoma, primer rito antes de continuar con el sacrificio del borrego.

El día anterior ya se había tomado la decisión de suspender el rezo colectivo debido a las previsiones de lluvia y al mal estado de la explanada de Loma Margarita, por lo que fueron las mezquitas los escenarios destacados en el inicio del Día del Borrego.

El segundo colectivo religioso más numeroso de Ceuta celebró ayer, sin incidencias que destacar, la Festividad del Sacrificio, una de las más importantes para el calendario de fiestas de este colectivo. Se calcula que durante la jornada se pasaron por el cuchillo cerca de 5.000 corderos –todos provenientes de la península–, que sirvieron tanto para evocar la prueba de fe del profeta Abraham como para dar alimento a toda la familia en un día muy especial para la comunidad musulmana, que año tras año se vuelca en esta celebración casi como en ninguna otra.

Los creyentes de los textos sagrados del Corán fueron acudiendo desde las nueve y media de la mañana al Matadero Municipal y a las distintas carpas que la Ciudad Autónoma de Ceuta dispone desde hace unos cuantos años para hacer más segura e higiénica una fiesta que es vivida con intensidad por el colectivo musulmán ceutí.

Las carpas, que contaron todas con sus matarifes profesionales, se colocaron en las zonas con más profusión de población musulmana: Benzú, Príncipe Felipe y Alfonso, Miramar Bajo, San José de Hadú, Villajovita, Bermúdez Soriano, Pasaje Recreo y la barriada el Ferrocarril

Según el matarife jefe del Matadero Municipal, durante la jornada de ayer pasaron por las instalaciones cerca de 200 corderos, a los que se sacrificó, quitó la piel y las vísceras hasta adquirir el aspecto que muestran en una charcutería.

Los servicios de limpieza y de sanidad se encargaron de que los restos fueran llevados a la incineradora asegurando que la práctica del sacrificio se relizase sin molestias.

Las familias llevaron a sus hogares el cordero para comenzar a preparlo y reunirse para recordar el pasaje bíblico más conocido con Abraham como protagonista, quien es considerado el padre de los creyentes no sólo por los musulmanes, sino también por los cristianos.

Este relato bíblico, que figura en el Génesis, parece justificar el abandono de la práctica cananea de sacrificar al primogénito. Se tiene la creencia de que Isaac era un niño cuando Dios pidió a Abraham que sacrificara a su primogénito en un monte ceremonial. El profeta se dirigió con Isaac hasta el monte sin decirle que él sería el sacrificado y, luego de que éste juntara la leña para el rito, lo ató, lo puso sobre el altar y se dispuso a degollarlo con un cuchillo. En ese instante fue detenido por Dios, quien le dijo que no matase a su hijo porque “ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único”.

En el Islam, la enseñanza del sacrificio humano no consumado del primogénito habla acerca de entregar lo más preciado por amor y obediencia a Dios.
 

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