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política - JUEVES, 11 DE DICIEMBRE DE 2008


Gonzalo Sanz. ARCHIVO

LA REFUNDACIÓN DEL psoe
 

Carracao tendrá rival en la Asamblea pese a la expulsión del ‘triunvirato’ alternativo

Los ‘críticos’, convencidos de seguir siendo mayoría pese a la purga de Martínez, Sanz y Lara, entre otros, y la admisión de militantes de JSCE que no figuraban en el censo de 2007, como dijo exigir De la Encina

CEUTA
Gonzalo Testa

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El PSOE actual o lo que quiera que sea hasta el próximo sábado, cuando se refundará formalmente, no habla con nadie. Con nadie de quien dude. No habla con los medios (con algunos, la mayoría, de los medios), pero tampoco habla con los ex compañeros a los que depura. Se lo comunica por carta, fríamente. Al resto se les va llamando desde la sede, de noche, horas extraordinarias. El PSOE es un riñón diésel que pasa olímpicamente de que sus Estatutos digan que, en el peor de los casos, cinco días antes de una Asamblea debe conocerse su censo. Ayer formalizó la expulsión de las cabezas visibles de la alternativa a Carracao. Aún así, tendrá rival.

Si la venganza es un plato que se sirve frío a los expertos culinarios ‘oficialistas’ del PSOE, estén o no llamados ocupar cargos de alta alcurnia a partir de pasado mañana, les debe de gustar helado, tanto como el viento de Poniente que ayer azotó de nuevo las calles de la ciudad con la caída de la tarde. Un año y medio después de su último naufragio electoral, el cartero llamó ayer cinco veces a las puertas de otros tantos de los que formaban parte del censo el 10 de octubre de 2007. El sexto, séptimo si se cuenta a Antonio Gil, es Javier Martínez, que tuvo el privilegio de que su carta la firmase Ferraz y no De la Encina. Para hoy se espera que se conozcan los nombres de los que completen el cartel de la versión caballa de ‘Doce de patíbulo’ que se cocina en la calle Daoiz o en Pueblo San Antonio, sigue apuntando alguno de los expulsados.

Implicados y observadores, periodistas incluidos, habían llegado durante los últimos días a la conclusión de que si había un criterio [a la luz de lo expuesto por De la Encina en sus dos últimas ruedas de prensa] para ‘peinar’ las 280 solicitudes de afiliación al partido recibidas en noviembre durante 10 horas sería uno objetivo, dígase los nombrados en la carta de Moya que sirvió para que la Federal disolviese el partido o el dossier mediático donde se acumulan las críticas y comentarios divergentes de su doctrina.

Pues no. Salvador de la Encina, la Comisión Delegada, Madrid, Ferraz, la Ejecutiva Federal, la Secretaría de Organización, Enrique Moya en sus largas madrugadas de criba… Quien quiera que pasara el bisturí por la lista decidió atenerse, a la luz de los resultados, a una norma inasible que sólo puede utilizar el que no debe responder de sus actos ante nada ni ante nadie. Y con esa vara de medir decidió que Rafael Leal, más de dos décadas de militancia, ni un solo comentario en los medios, al que ni off de record se le sacaba un reproche a quienes mandaban en el partido, fuera.

Será por su cercanía a León Molina, al que había que zurrar aunque ni siquiera hubiera pedido seguir siendo militante. Familiares y amigos también valen para ajustar cuentas con gente como él, que un día dijo a este periódico que le gustaría un Congreso Extraordinario de consenso, nada más.

Fuera también Manuel Calleja. Al profesor de instituto, una de las cabezas mejor amuebladas y bibliotecadas también, puerta también. ¿Por qué? Seguramente porque al muy… se le había ocurrido ser coherente con sus ideas y principios y seguir colaborando con el Grupo Parlamentario Socialista (GPS), al que durante el último año y medio el PSOE o lo que quedaba de él ha dado la espalda de una forma vergonzante. Además escribe muy bien, con su nombre por delante, y nunca aceptó cargos. Un libre. Fuera.

¿Se acuerdan de Gema Prieto? La antigua representante de Médicos Sin Fronteras en Ceuta y posterior asesora de García Arreciado en la Delegación, de la que no uno no oye más que cosas buenas en todas partes excepto entre sus ex compañeros, debía de merecerse algo más que haber sido desplazada de su puesto de trabajo en mayo, tras las elecciones generales. Al carajo también con ella. ¿Por qué? Hay dos posibilidades más o menos verosímiles: 1) que su pecado responda al nombre de estar vinculada sentimentalmente a Gonzalo Sanz, otro de esos colaboradores de Ramírez; 2) que sea por haber firmado a favor de la celebración de un Congreso Extraordinario, algo que De la Encina negó que ocurriría “nunca” a este medio.

A los malos, por escrito

Más. Gonzalo Sanz. Al que durante muchos meses fue delfín de Palomo, el joven guerrero de las denuncias de la situación de muchas barriadas con el que acostumbraba a comparecer la ex secretaria general, se le acabó el bonus track el día que se negó a asumir el cargo de portavoz parlamentario si no tenía un hueco en la Gestora. Qué ambición la suya… Condenado. A la calle también, con más razón ahora que su nombre sonaba con fuerza como posible candidato alternativo a Carracao, con quien compartió muchas horas de trabajo en la calle Daoiz a la sombra de Palomo, la misma que juraba en público que el ex secretario general de Juventudes nunca sería su número uno al Senado.

Ahora no vale. Su caso es especial porque como muchos otros, aunque él no lo diga [lo crean o no los perros del hortelano, los que no hablan pero han conseguido que los periodistas no puedan citar el nombre de sus fuentes por miedo a las represalias] sí valía cuando el partido pidió un crédito (lo hacen todas las agrupaciones) para financiar la última campaña de Palomo. Es de suponer que ahora que su socialismo no genera empatía su dinero y sus compromisos al respecto también serán liberados. Otros que lo también lo hicieron sí han entrado, por lo que el criterio de la criba tampoco debe de haber sido ese.

No se aburran que aún hay más, porque obviamente del ‘triunvirato’ que un día hace no mucho dijo que serían alternativa a la Secretaría General a Carracao no podía quedar ninguno. Sin carné se quedará también Justino Lara, otro veterano, la cara de la Junta de Obras del Puerto, que después de muchos años en segunda fila había decidido dar un paso al frente y al final acabó poniendo su valor al servicio del proyecto alternativo que iba a encabezar Javier Martínez. Ayer, cuando los rumores le alertaron de que daba con sus huesos en la calle llamó a la sede y le dieron largas. Las cosas no se hacen así: a los malos, por escrito.

De Martínez que había solicitado su traslado desde la agrupación de León en octubre pasado y ahora, como entonces, Ferraz se lo ha denegado, podrán recordar su cara si revisan la hemeroteca del día después al asalto masivo de inmigrantes sobre el perímetro del otoño de 2005. Fueron sus 15 minutos de gloria en los más de tres años que pasó como director provincial de Trabajo y Asuntos Sociales, desde donde tejió simpatías con, otro más, todo el arco político de izquierdas de Ceuta excepto, precisamente, la dirección de su partido. La de Palomo y la de después. ¿La misma?

Tras medio año trabajando con Arreciado el director provincial decidió dimitir en silencio, sin una palabra de más en público, y volver a su puesto como inspector de Educación. Algunos socialistas le odiaban de antes, supuestamente porque era de fuera y “ambicioso”. Otros le odiaron por dimitir, por desleal. Un indeseable, vamos, y si Zapatero le dijo a Palomo cuando visitó Ceuta que aprendiera de él, aunque ni es su amigo ni va de ello porque fue en León precisamente donde ya estaban en bandos enfrentados, será que erró.

Cambios en las normas

Lo de Antonio Gil, tan previsible, ya se sabía ayer. Hoy, se supone que correrán la misma suerte José Luis Martínez, el anónimo denunciante. Salvadora Mateos, depurada ya como Prieto de su cargo en primavera. Tal vez Eloy Verdugo, que un día dijo una tontería en privado y le pusieron la cruz. O cualquier otro sindicalista. O cualquier otro Leal. Esperen al capítulo de mañana.

Eso por el bando de las cartas. En el de las llamadas también hubo ayer una novedad significativa. Resulta que De la Encina aseguró a los medios hace unos días que “ninguna” persona que no estuviese en el censo en octubre de 2007 entraría en él.

Pues ya no. Después de tanto oír que JSCE y el PSOE son dos entidades orgánicamente distintas ahora resulta que hay un hilo invisible. A través de ese hilo esos jóvenes podrían tener un papel capital el sábado.

Parece, o así lo interpretan los ‘críticos’, que como ni evitando la entrada de nuevos ni echando a todos los líderes visibles de los díscolos está segura la victoria, el que tiene la sartén por el mango ha decidido una docena aproximadamente de militantes de JSCE sin experiencia como afiliados al partido tendrán voto el sábado.

El propio Triano se lo explicó ayer a este periódico: “A los militantes de Juventudes Socialistas (JSCE) no se les aplica esa condición porque, aunque orgánicamente distintas, a nadie se le escapa que Juventudes es la organización juvenil del PSOE”. Eso sí, quiso dejar claro, “JSCE no va a acudir a la Asamblea como grupo; si alguno de sus militantes lo hacen como afiliados del PSOE será libremente y a título individual”.

Este periódico intentó ayer en más de una decena de veces contactar con José Antonio Carracao para conocer su impresión sobre el proceso y si mantiene su intención de presentarse o no a la Asamblea para ser secretario general del partido. “Flaco favor le están haciendo”, lamentó ayer un veterano militante, uno de los que tienen claro que le votarán, ante un café.

Si lo hace, tendrá rival. Ya está dentro del censo. Eso sí, salvo que cambien de nuevo las normas.
 

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