La calle Doctor Marañón, en pleno corazón de O´Donnell, se
encuentra sin alquitranado debido a unas mejoras en la
calzada que la Ciudad va a hacer para beneficio de los
autobuses. Sin embargo, después de una semana en este
estado, los vecinos se han quejado, después sobre todo, de
los dos accidentes registrados.
La estampa que se contempla en Doctor Marañón se ha vivido
en otras avenidas o aclles de la ciudad. Pero los trabajos
de asfaltado no se han hecho esperar tanto como aquí y el
periodo de espera se hace aún más largo, teniendo en cuenta
que se trata de un tramo con mucha pendiente, sobre todo en
el extremo que confluye con Reyes Católicos, que da salida a
la rotonda del Morro.
El jueves pasado, la máquina fresadora dejó el pavimento
como una lija, sobresaliendo sobre el resto las arquetas y
alcantarillas. Los cascotes de piedra restantes de las obras
también inundaban la carretera y provocaron uno de los dos
accidentes registrados hasta el momento, cuando un trozo de
piedra salió despedida hasta la cabeza de un tendero. El
otro accidente se registró hace pocos días, cuando una
señora tropezó con uno de los salientes que han resultado a
consecuencia de las obras. El incidente le provocó a esta
anciana diversas heridas de consideración en la cara y
piensa ahora en denunciar a la Ciudad por el estado de la
calzada.
El representante vecinal de Santiago Apóstol/ODonnell,
Francisco Valero, dijo que el tránsito por la calle es “una
odisea”. Tras una reunión mantenida entre la Federación de
Vecinos y Fomento en el día de ayer, salió el compromiso de
actuar hoy en Doctor Marañón, con el fin de colocar el
alquitranado. Sin embargo, el director general de Urbanismo,
Francisco Navas, no lo tenía nada claro, ya que la lluvia
primero y la humedad ahora, están impidiendo que pueda
colocarse el material sobre el terreno rocoso y áspero en el
que se ha convertido esta vía. El alquitranado de esta
calzada debe ser cambiado por bien del transporte urbano. Y
es que los días en que había lluvia los conductores se
negaban, por seguridad, a transitar por esta zona, debido a
los resbalones y deslizamientos incontrolados que se
producían metro a metro.
Lo que ha levantado la crítica vecinal ha sido el tiempo de
espera: hace una semana que se fresó el terreno y a día de
ayer la calle continuaba igual. Sí se ha avanzado en la
retirada de las piedras y cascotes de asfalto que quedaron
como consecuencia del fresado, pero esto apenas consuela a
los vecinos. Las imperfecciones y la irregularidad del
asfalto supone “una temeridad” para los vecinos. “Es una
obra para empezarla y terminar, por seguridad de todos”.
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