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                     Me llama un amigo de esos que 
					siempre te llaman para decirte cosas, y me pregunta por qué 
					he criticado la actitud del alcalde de Getafe al pronunciar 
					la frase sobre los que votan a la derecha. 
					 
					Mi querido amigo, en ningún momento he criticado la actitud 
					del alcalde de Getafe, he hecho un comentario sobre la 
					frase, porque era un tema de actualidad y que, además, me 
					permitía darle las gracias por el favor que me hacía al 
					darme la razón sobre lo que en tantas ocasiones he escrito 
					al referirme a esos personajillos que han llegado, gracias a 
					la democracia, a ocupar puestos con mando. La gorra y el 
					pito, esos dos elementos que tanto escribo para definir a 
					todos esos personajes que llegaron a la política gracias a 
					la democracia, sin tener más méritos que la suerte que les 
					proporcionó la tómbola de la vida, le vienen como anillo al 
					dedo, y personalmente me llena de satisfacción el comprobar 
					que no me he equivocado en la definición que de ellos he 
					dado. De vez en cuando, o en muchas ocasiones, tengo ciertos 
					aciertos.  
					 
					Me guardaría, como de hacerme pipi en la cama, de criticar 
					su actitud por la frase que ha “largado”. Sin duda alguna, 
					quienes deben salir a la palestra y recriminar esa frase son 
					los mandas de la derecha en defensa de todos sus votantes. 
					Personalmente y en persona, me da igual como larguen los 
					unos contra los otros. Es algo que no me afecta lo más 
					mínimo. Allá cada cual con sus problemas. ¿Te lo explico con 
					más claridad o te has enterado?. 
					 
					Por cierto y la hilo de lo que estoy comentando, en el 
					próximo articulo, otro de estos personajillos del tres al 
					cuarto, politiquillo de medio pelo, se une al anterior para 
					dejarme en buen lugar, en cuanto a la definición que hago de 
					ellos porque, en lo más profundo de mis entretelas, tengo el 
					pleno convencimiento, de que tod!a esa fauna, no tiene ni… 
					ida de lo que es la política, ni lo que significa ser 
					político. Lo toman como un juego en el que todo vale y se 
					equivocan. Que es en casi todas las ocasiones, creen que 
					pidiendo disculpas todo está solucionado. No se enteran de 
					que eso, lo de creer que con pedir disculpas todo está 
					solucionado, no es políticamente correcto. 
					 
					La grandeza de las personas, lo que nos hace importante ante 
					la sociedad es, sin lugar a dudas, el respeto hacia los 
					demás por la sencilla razón de que si no respetamos a los 
					demás, aún cuando no sean afines a nuestras ideas, en el 
					supuesto de que, hoy día, existan las ideas, difícilmente 
					podremos pedir respeto para nosotros mismo.  
					 
					El insulto, la falta de respeto hacia los demás, son 
					consecuencias indiscutibles de la falta de cultura y de 
					educación. Nadie con un mínimo de cultura y de educación 
					destaca por utilizar el insulto como arma arrojadiza hacia 
					el contrario.  
					 
					Naturalmente que no se le puede pedir peras al olmo, ni 
					sacar agua de un pozo vacío. Cada uno da lo que es, ni más 
					ni menos. Pedir que todo aquellos de la gorra y le pito con 
					mando sepan estar, siempre, a la altura de las 
					circunstancias, es tan difícil como pedir que se produzca un 
					milagro. El que nace gordo y barrigón, muere siendo gordo y 
					barrigón ¿O no? 
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