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ACTUALIDAD - DOMINGO, 21 DE DICIEMBRE DE 2008


niños en un colegio. archivo.

educación
 

Sólo en tres colegios el reparto
de alumnos según su cultura
es coherente con la sociedad

Los colegios concertados absorben el
26,2% del total del alumnado de Primaria
y Secundaria, pero sólo el 9% de los estudiantes musulmanes van a clase en
ellos Ali exige a la Dirección Provincial del MEC que corrija la segregación educativa

CEUTA
Gonzalo Testa

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El estudio cualitativo encargado por la Consejería de Juventud de la Ciudad Autónoma sobre la juventud ceutí dice que su percepción sobre la multiculturalidad de la sociedad caballa es bastante crítica: “La convivencia es buena entre las diferentes culturas, pero se vive mucho de espaldas una a la otra. Se puede decir que hay dos grandes grupos, musulmanes y cristianos, los demás ‘no aparecen’”, concluyen sus autores sobre las impresiones de los jóvenes. Dentro de unos años el resultado puede ser aún peor. Sólo en 3 colegios ceutíes el porcentaje de alumnos de una cultura es coherente con la población ceutí total.

Los conciertos educativos se crearon a mediados de los años ochenta gracias a la Ley Orgánica de Derecho a la Educación que redactó el Gobierno de Felipe González para ordenar las subvenciones que desde los sesenta habían recibido numerosos colegios católicos (la inmensa mayoría de los centros privados). En aquel momento se pensó que los conciertos atacaban a los colegios católicos porque a cambio del dinero debían acatar reglas como la libertad de cátedra de los profesores o la admisión de alumnos según los criterios que marcan las administraciones. “Suscribir los conciertos permitiría abrir los centros a todas las clases sociales, pero arriesgando precisamente lo que buscan en vosotros los padres de familia, la garantía de una educación cristiana”, advirtió el Papa a los padres católicos de alumnos en 1984.

Tradicionalmente, año tras año, especialmente con la llegada de un mayor número de alumnos inmigrantes a España, se ha atribuido a la escuela privada-concertada, particularmente en aquellas comunidades con gobiernos conservadores, la voluntad de elegir a sus estudiantes. El resultado es que, según datos oficiales, el porcentaje de niños foráneos matriculados en este tipo de centros no llega al 20% del total.

Salvando las distancias, la situación se repite casi miméticamente en Ceuta con la comunidad musulmana. En la ciudad autónoma están matriculados en Primaria e Infantil este año algo más de 9.000 alumnos, según datos actualizados que reproducen los incluidos (de 2002) por Ángeles Vicente en su libro ‘Ceuta: una ciudad entre dos lenguas). El 40% de ellos son de la comunidad religiosa y cultura cristiana y el 56%, de la musulmana. Por tipo de centros, el 26,2% del total va a clase en centros concertados, pero en estas aulas sólo estudia el 9% de los jóvenes de origen islámico mientras que sí lo hace el 53% de los cristianos.

¿Cómo puede haber casi 15 puntos porcentuales de diferencia? A simple vista parte de la culpa puede tenerla la distribución residencial por barriadas de las comunidades culturales ceutíes (el Severo Ochoa, concertado, tiene un 68% de alumnado musulmán, ejemplo que disuelve cualquier posibilidad de conspiración concertada contra estos estudiantes). Pocos especialistas están, además, a favor de trasladar de su espacio de residencia a los alumnos.

La Junta de Andalucía opina, por ejemplo, que sería
“injusto y discriminatorio” mover a los jóvenes para que estudien lejos de su espacio de residencia habitual. “El equilibrio total es imposible, pero cuando en una zona educativa hay diversidad de centros no se pueden permitir concentraciones porque entonces no estamos integrando”, opina la directora general de Participación y Equidad en Educación andaluza, Mercedes González.

Lejos de la realidad


En Ceuta sólo en 3 colegios, todos ellos públicos el reparto por comunidades culturales de sus alumnos es coherente con el que se da en la población total. Son el Lope de Vega (40% musulmanes y 50% cristianos); el Valle Inclán (42% y 49%); y el Juan Morejón (48% y 47%). Contemplando la escuela pública a nivel general, en la que estudian 6.788 jóvenes, el 25% son cristianos y el 70% musulmanes. En los centros concertados el porcentaje de alumnos cristianos es abrumadoramente mayoritario (entre el 71,6% del Beatriz de Silva y el 92% de La Inmaculada) excepto en el Severo Ochoa, en San José-Hadu, donde el reparto es opuesto: el 68% de sus alumnos son de la comunidad musulmana. En términos generales el 77% (1.991 niños y niñas) son cristianos en la privada-concertada y el 19,5% musulmanes.

La LOE encomienda expresamente a las Administraciones educativas “que garanticen la igualdad en la aplicación de las normas de admisión, estableciendo las mismas áreas de influencia para los centros públicos y privados concertados”.

La disputa dialéctica alrededor de los criterios de admisión y escolarización que se aplican en la ciudad autónoma ha vuelto esta semana a los medios de comunicación a cuenta de un cruce de cartas públicas entre el director provincial del MEPSYD, Aquilino Melgar, y el PP.

Ayer, con los datos que acompañan esta información en la mano, el líder de la oposición en la Asamblea, Mohamed Ali (UDCE-IU), que acaba de lograr de la Ciudad 35.000 euros para financiar en 2009 un proyecto contra el fracaso y el absentismo escolar, puso el grito en el cielo.

“Desde hace muchos años, curso tras curso, con diferentes partidos al frente del Ministerio de Educación”, denunció Ali, “se ha venido aplicando una política de admisión en los colegios de Ceuta absolutamente arbitraria y disgregadora que el actual director provincial debería plantearse como prioridad absoluta erradicar y corregir en la medida de lo posible”.

“Segregación” educativa


Este verano fue especialmente convulso para la Comisión de Escolarización del MEPSYD, a cuyas oficinas llegó a tener que acudir la Policía Nacional para contener la ira de padres y madres acostumbrados a “otra forma” de gestionar el asunto, al margen de los criterios que establece la ley [proximidad del domicilio o lugar de trabajo de los padres, rentas anuales, discapacidad, hermanos escolarizados...] o con la posibilidad de regatearlos por una u otra vía.

“El trabajo se ha hecho mejor este año, pero en el debe de la Dirección Provincial queda hacer de la escuela un verdadero espacio de convivencia e integración y no de segregación o ‘apartheid’ educativo”, pidió Ali.
 


¿Un órgano estatal para regular la escolarización?

Ya en el año 2003 el Consejo Escolar del Estado consideraba “urgente y necesario” que las Administraciones Públicas planificasen la oferta educativa “centralizando los procesos de admisión del alumnado para impedir que se conviertan en elemento de selección, tanto social como intelectualmente, equiparando los criterios de escolarización en todos los centros sostenidos con fondos públicos y obligando a cada centro a asumir su responsabilidad de inserción social”. El 28 de mayo del año pasado el Supremo avaló esa petición recordando que “el derecho fundamental de crear y dirigir centros docentes no comprende el derecho a la elección del alumnado, al menos cuando se trata de centros sostenidos con fondos públicos”.
 

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