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OPINIÓN - DOMINGO, 21 DE DICIEMBRE DE 2008

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Ya saben ustedes, porque es noticia a nivel mundial, que Bernard Madoff ha estafado 38.000 millones de euros. Sí, así como suena 38.000 mil millones, O sea como quien dice par de euros. Vamos en plan bandolero al estilo de Curro Jiménez que le quitaba el dinero a los ricos para repartirlo entre los pobres aunque el Madoff, todo hay que decirlo, se diferencia de Curro Jiménez, en que el dinero que le ha quitado a los ricos, no lo ha repartido entre los pobres, se los ha quedado para él.

A los “boyaos”, o sea a los que tenemos menos en los bolsillo que uno que se está duchando, no es de consuelo el saber que a los ricos, esos que son para el dinero unos tíos listísimos, le han hecho la “pirula” y le han “mangado” una jartá de miles de millones de euros. Consuelo de muchos, consuelo de tontos. Y, que duda cabe, podremos ser unos ”boyaos” pero no tontos.

A los “boyaos”, los que estamos más tiesos que una mojama en tiempo de poniente fuerte, jamás no podrán hacer la “pìrula” quitándonos el dinero, por la sencilla razón de que no podemos invertir, ya que no tenemos un euro. Una ventajilla que tenemos con todos esos ricos a los que les han tomado el pelo.

Como estamos próximos a las fiestas navideñas y uno, en esas fiestas, se vuelve de un bueno que asusta, aunque algunos no me quieran creer, me dan pena todos esos ricos a los que han estafados, sobre todo porque estas navidades les faltaran en sus mesas los Cohibas traídos directamente, fletando un avión, desde Cuba, ni tener para sus desayunos en las terrazas de sus maravillosos apartamentos la ensaladera llena de esas cosas que parecen bolitas de zurrapa de café y que llaman caviar y, si me apuran, sentiré en los más profundo de mi alma, que no puedan sentarse a la mesa, sin que esta esté llena de langostinos de la raya negra sobre el lomo, ni sígalas, langostas o bogavantes, regados con una cosas que al descorcharse la botella sale espumoso y al que, los entendidos, llaman champán. Por favor, enano, acércame el tarro de derramar par de lágrimas de dolor.

A nosotros los “boyaos”, no se nos presentará ese problema a la hora de sentarnos a la mesa toda la familia para la cena de Nochebuena. Algunos qué quieren qué les diga, desconocemos los langostinos con el lomo con una raya negra, las langostas o las sígalas. Bueno, lo de esas bolitas de zurrapa de café a la que llaman caviar, no sólo no las conocemos, es que no la hemos visto en nuestras vidas. Nosotros lo que conocemos bien, es una sopita calentita y un trozo de pollo. Oiga, que es gloria pura.

Y la pena que me van a dar, todos estos ricos a los que han tomado el pelo, cuando se acerquen los Reyes Magos y no se puedan comprar el último modelo de “mercedes” o otras marcas famosas que cuestan un ojo de la cara o el último modelo de yate con el que surcar los mares, dando grandes fiestas a bordo de los mismos. ¡Que pena, Dios, que pena me dan!.

A todos estos ricos a los que han timado, se les ha quedado la misma cara de gilipoyas, que se nos queda a los tiesos, cuando jugamos a las tres cartitas y nunca ganamos, porque no se puede ganar a un trilero. ¡Será por gilipoyas!
 

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