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OPINIÓN - MARTES, 23 DE DICIEMBRE DE 2008

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Los ministros son bienvenidos

No son simples palabras huecas, ni frase venida al caso por razón de la pragmática diplomacia de relaciones entre administraciones, sino un hecho de palmaria realidad que se aplica en Ceuta sistemáticamente por el Ejecutivo Vivas, y de eso las muestras son patentes y evidentes. La crítica partidista está perfecta para momentos en los que la situación lo merece. Tiempo hay para sacar a la luz las distintas formas de entender la política y su gestión. Pero la verdad diaria de la administración de los servicios públicos de cara a una sociedad implica una responsabilidad por encima de intereses de partidos. Y en eso las lecciones se dan desde una y otra representación de las instituciones en Ceuta. Hacía falta verdaderamente un compromiso de tal calado, de intereses generales prevaleciendo sobre los demás. Algo que ha vuelto a quedar mostrado fehacientemente con motivo de la ministra de Igualdad, la joven Bibiana Aído, agasajada en la sede de su representación estatal en la ciudad autónoma y extremadamente bien tratada -como no puede ser de otro modo- desde la referencia del Gobierno autónomo. Máxime cuando de lo que se trata es mantener ese famoso talante que en Ceuta se muestra siempre de ida y vuelta. Las armoniosas relaciones de las administraciones gobernadas por PP y PSOE son un claro ejemplo de que cuando existe un real interés por avanzar en favor de una sociedad como la nuestra, se avanza sin duda alguna. Gobernar es una responsabilidad en sí mismo y, por supuesto, ni el Ejecutivo de Vivas gestiona para los intereses de los ciudadanos afines al PP [inmensa mayoría, por cierto en Ceuta], ni el delegado del Gobierno gestiona para Ceuta los intereses exclusivos de los ciudadanos seguidores del centenario socialismo, sino que ambos se muestran comprometidos con la sociedad en general. Son momentos que deben ser vistos desde la esperanza por parte del ceutí, por ser una etapa en la que la famosa ‘cohabitación’ se escenifica desde los principios máximos de la responsabilidad hacia el administrado y eso es un verdadero activo que debe agradecerse en su incuestionable elevado nivel.
 

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