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Una vez más en esta bendita tierra
se consagran dos celebraciones tradicionalmente religiosas
donde confluyen algunas de las distintas creencias de las
que cohabitan esta ciudad. Hoy los cristianos festejan el
nacimiento de Jesús, mientras que la comunidad israelita de
Ceuta festeja su fiesta de las luminarias.
La fiesta de la Hanuká se ha convertido en una especie de
carnaval para los niños y con la que los judíos observantes
rememoran la consagración del bíblico Templo de Jerusalén en
el siglo II antes de Cristo. Fiesta religiosa para los
observantes y de carácter nacionalista para los laicos, la
Hanuká comenzó este pasado lunes al caer el sol, como todas
las festividades judías y se prolongará durante ocho días en
los que se encenderá en cada hogar una pequeña velita de
forma acumulativa.
Por su parte los cristianos conmemoran precisamente con esta
noche el nacimiento de su fe es la Nochebuena que hoy día,
al menos aquí en Ceuta como es sinónimo de celebración
tradicional familiar, lo que no quita para que -para eso es
una ciudad festera- desde esta misma tarde se celebre entre
amigos un avance de lo que se compartirá a la noche. Será un
anticipo a la manera del sur, de la juventud, la típica
celebración que se ha impuesto casi ya por tradición a la
fuerza y un modo de festejar la llegada de tanto ceutí no
residente que pasa por aquí para juntarse con los suyos en
épocas tan familiares. De nuevo Ceuta vivirá intensamente
celebraciones tradicionales religiosas que comparten fechas
en el calendario, lo que engrandece a la ciudad y le da ese
caché tan complicado de alcanzar en determinados lugares del
planeta. Lo que para algunos divide en otros hemisferios,
aquí llena y enriquece. Esa es la enorme diferencia y, al
mismo tiempo, la grandeza de una tierra que sabe compartir.
Hoy es Nochebuena, mañana Navidad, la Hanuká se celebra
también en los hogares ceutíes de la comunidad hebrea y como
es tradicional en la prensa en España mañana faltaremos a la
cita diaria para recuperar de nuevo el pulso de la ciudad el
próximo viernes 26. Felicidades.
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OPINIÓN / EDITORIAL
