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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 24 DE DICIEMBRE DE 2008

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Un día de descanso
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

No es lo normal en mi quehacer diario el coger días de descanso, ni cada semana ni, mucho menos, un mes o quince días para reponer fuerzas.

Posiblemente me sucede esto porque no me cuesta demasiado trabajo, una vez que busco el asunto del día, llenar unas cuartillas y pasarlas por el ordenador.

Por otra parte, me comprometí a esto y no sería yo si dejara de hacer aquello que figura en mi agenda diaria, que además, repito, no me cuesta gran trabajo prepararlo.

Y quienes me han seguido, a diario, desde mi primer día en esta columna, allá por el 12 o el 13 de mayo de 2007, habrán observado que no falté a la cita ni un solo día, porque en todo ese tiempo he tenido la suerte de no coger ninguna gripe, ni nada parecido, con lo que salvo el pasado 25 de diciembre de 2007, día de Navidad, a punto de cumplirse ya un año, el 1 de enero de este mismo año 2008 y el Sábado Santo en el mes de abril, salvo esos días que, tampoco, salió a la calle nuestro periódico, como no salió ningún otro, el resto de los días, ahí estuvimos para darte los buenos días, para hacerte perder unos instantes en la sobremesa o para que fueras capaz de dormirte antes, por la noche.

Ahora llega el último día de descanso del año, y eso de descanso me suena a risa, porque pocas personas se cansan cuando están haciendo algo que les gusta. Luego, una semana más tarde, tendremos otro día de inactividad, en el día de año Nuevo y a partir de aquí, da lo mismo jueves que domingo, martes o sábado, festivo o laborable, hay que cumplir con la obligación, pero una obligación que nadie, sino yo, me impone, eso que quede claro.

¿Hasta donde se puede llegar? Creo que hasta donde uno se proponga, si estás a gusto y, debo decirlo fuerte, aquí lo estoy. Aquí tengo una página donde mostrar una serie de opiniones que pueden gustar a unos y disgustar a los demás, pero que van a tono con el día a día, en lo social, en lo político o en lo pura y, simplemente, deportivo.

Más de una vez, antes de enviar al periódico el texto del día, me he preguntado si aquello servía para algo a alguien y al final siempre llego a la conclusión de que lo que no sirve a nadie es lo que no se hace y, por tanto, una vez escrito, ha salido al día siguiente, sin que nadie haya puesto o quitado ni una coma.

En todo este tiempo sólo una columna no vio la luz del sol, sino que se quedó en la recámara “durmiendo el sueño de los justos”. Fue a comienzos de septiembre, y cuando yo volvía hacia mi tierra, tras los exámenes de septiembre, a la altura de Las Pajanosas detuve mi coche y marqué el teléfono del gerente, Ángel. Yo iba dando vueltas a aquella columna que había escrito al día siguiente de la fiesta de la Ciudad Autónoma, y me daba cuenta de que, posiblemente, ni los personajes que aparecían allí, ni el tema fueran lo más ideal para un día después.

Quedamos de acuerdo en que esa columna no saliera y tres horas más tarde, desde el Cruce de las Herrerías, donde pude detenerme y escribir otra, se la envié para no faltar ni un día a la cita.

Esa única excepción indica que aquí se puede hablar con independencia, dentro de un medio abierto a todos los ceutíes, abierto a todos los credos y opiniones, pero manteniendo muy claramente su presente, muy agradable y su futuro, cada vez más prometedor. En este día de “reflexión” os deseo Felices Fiestas.
 

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