NO hay crisis ni cuesta de enero para el roscón de Reyes.
Vale que una inversión de 10 ó 15 euros no requiere un
crédito bancario, pero las diferentes pastelerías y
panaderías de la ciudad no notaron siquiera una ligera
disminución en las ventas en la víspera del día más esperado
para los niños en la primera crisis económica de la
globalización.
Los vendedores ambulantes salpicaban ayer las calles de
Ceuta con sus puestos, aprovechando los ríos de padres con
sus niños para presenciar el paseo de carrozas de Sus
Majestades los Reyes Magos de Oriente, que volvieron a
llevar la emoción a los pequeños ceutíes.
“Estamos vendiendo mucho”, señalaba un dependiente ambulante
cercano a la Plaza de España, “como todos los años”.
Modalidades de roscón hay unas cuantas: con nata, con
trufas, con turrón, con cabello de ángel... y siempre con
sorpresa. Por cierto, que este tradicional bizcocho pudo
sortear este año la directiva europea que prohibe todos los
alimentos que requieran su ingesta para alcanzar un juguete
en su interior. Afortunademante para el folklore, la
sorpresa del típico dulce navideño no se ha considerado un
juguete.
El origen del roscón, sin embargo, no tiene nada que ver con
la llegada de los Reyes Magos a Belén para adorar al niño,
sino que parece estar relacionado con las saturnales
romanas, una importante festividad romana a la que se llegó
a denominar Fiesta de los Esclavos, ya que eran ellos los
que recibían raciones extras, tiempo libre y otras prebendas
en honor al dios Saturno.
También se relaciona al roscón de forma directa con una
representación complementaria y comestible de la corona de
adviento. Para estos festejos se elaboraban unas tortas
redondas hechas con higos, dátiles y miel, que se repartía
por igual entre los plebeyos y esclavos.
Más de dos mil años después, el roscón de Reyes es una
tradición que reúne a las familias en torno a una mesa con
chocolate líquido y un árbol oculto tras los regalos que por
la noche han tenido que haber dejado Sus Majestades... si
habéis sido buenos, claro.
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