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OPINIÓN - MARTES, 27 DE ENERO DE 2009

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Víctimas del temporal
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Cada año, cuando veía los reportajes en torno a los ciclones y sus consecuencias, al otro lado del Atlántico y en las costas del Pacífico, me parecían elementos de fantasía y un poco, también, la consecuencia de las formas tan especiales de la construcción en aquellos lugares.

Desde ahora, creo que, pensaré de otra forma, al haber visto, en nuestras propias tierras y en nuestras formas de construir, las consecuencias que esos “ciclones” han dejado en España.

Nunca habíamos vivido, tantos días seguidos, unos temporales de viento tan fuertes, que han arrasado muchos de los lugares intocables, en otros momentos.

Sí que conocíamos, porque sí lo habíamos vivido, lo que suele dejar el temporal de levante aquí en Ceuta, pero la forma de arrasar en Galicia, Cantabria, Asturias o el País Vasco, con olas de hasta 15 metros y con tantos árboles arrancados de raíz, no parecía una cosa propia de nuestra geografía.

Pero con todo lo aparatoso que sea eso, y lo es mucho, se queda en un simple juego, en una anécdota, al contrastarlo con el alcance del temporal en Sant Boi de Llobregat en Cataluña.

Aquí el temporal se cebó en las instalaciones deportivas de esa localidad, donde perdieron la vida cuatro niños, y menos mal a que sólo se quedó en eso, con ser una desgracia irreparable, porque pudo haber sido mucho más todavía, cuando redujo a escombros esas instalaciones. Una auténtica desgracia.

Las cuatro víctimas mortales contaban entre 9 y 12 años, pero en las propias instalaciones había otros muchos jóvenes que corrieron igual peligro, mientras hacían deporte.

Estos días, y no puede ser de otra forma, se lamenta el “rastro” que han dejado esos ciclones, pero ya empieza el “run run” de culpar a ..., cuando oímos decir que por qué no se habían suspendido los entrenamientos allí.

Es lo malo de una desgracia, que aunque sea, como en este caso, propia de los fenómenos de la naturaleza, nunca faltan los osados que quieren ver más allá y escrutar en unas parcelas que nada tienen que ver con la voluntad humana y menos con la responsabilidad de alguien en particular.

He de decir que, no siempre nos tomábamos en serio esos “colores” de las emergencias, parecía, un poco, el tratar de justificar la existencia de ciertos organismos, pero han bastado unas actuaciones naturales, fuera de lo normal, para que, también, en esto haya quien cambie de opinión.

Ceuta, hasta ahora, cuando estoy escribiendo en la tarde del domingo, ha tenido que soportar el peso de lo que significa cerrarse el estrecho, una vez más, durante unas horas, pero afortunadamente, ninguna otra calamidad nos aportó esa “novedad” que ha significado para una gran parte de España el paso por nuestra geografía de los ciclones tan tremendos, con una velocidad en los vientos de más de 150 kilómetros. Eso, en muchas partes, llevó auténtico miedo, especialmente en las zonas costeras, con una flota amarrada a puerto en la mayor parte de las costas peninsulares y con todas las pérdidas materiales que ha ocasionado.

Dicen que detrás del temporal viene la calma y eso es lo que deseamos, aunque es curioso, que desde finales de septiembre no haya habido ni una semana seguida con buen tiempo.
 

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