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sociedad - VIERNES, 30 DE ENERO DE 2009


en el centro el coche volador. reduan.

hazaña
 

Un coche volador aterriza sin permiso en el helipuerto de Ceuta

Uno de los aventureros de Sky Expedition pilotaba el ingenio que cruzó el Estrecho desde Tarifa propulsado por una gran hélice y un parapente ante el estupor de los testigos
 

CEUTA
Rober Gómez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Hecha la aclaración de que han pasado 33 días desde el 28 de diciembre. Un coche volador –un boogie– aterrizó ayer en el helipuerto de Ceuta procedente de Tarifa y propulsado e impulsado por una hélice de considerable tamaño y un parapente. Se trató de uno de los retos del grupo de aventureros británicos Sky Expedition, que tras reparar la rotura del volante producida en el aterrizaje, prosiguieron camino hacia Tombuctú, capital de Malí.

Sobre las once de la mañana de ayer, el personal del helipuerto de Ceuta se puso al tanto de la presencia de un helicóptero que merodeaba por la zona del Monte Hacho, que no hacía otra cosa que grabar en vídeo la aventura de cruzar el Estrecho de Gibraltar a bordo de un coche volador propulsado e impulsado, respectivamente, por una hélice y un parapente.

No tardó mucho tiempo y el aerocoche apareció en el aire ante la mirada incredula del personal que trabajaba en el helipuerto, donde consiguió aterrizar bruscamenta. El piloto saltó del coche volador, levantó los brazos y cerró los puños al aire en señal de victoria.

Se podría pensar que son un grupo de millonarios chiflados con mucho tiempo, que han dejado a su gente de confianza en los consejos de Administración de sus empresas y han comenzado a buscar retos que barran sus cerebros con oleadas de adrenalina, pero lo cierto es que Sky Expedition tiene también su parte caritativa, según explicó Neil Lauthon, el tripulante intrépido, quien aseguró ser piloto de helicóptero: “Somos un grupo de británicos aventureros que venimos de Londres y vamos a Tombuctú. Tenemos el primer coche volador legal y conducimos y volamos hacia Mali. Hemos cruzado de Tarifa a Ceuta”.

Según manifestó, esta fue la primera vez que probaron el aterrizaje sobre asfalto –hasta ahora lo habían hecho sobre arena–, lo que provocó la rotura del eje del volante.

Después de dar las pertinentes explicaciones a la Guardia Civil, los cuatro miembros de Sky Expedition emprendieron la reparación del volante y continuaron camino hacia la frontera con Marruecos con Tombuctú entre ceja y ceja, viajer que, según comentó Lauthon, harían bien por carretera, bien por aire, que para eso tienen un coche volador.

Sobre el peligro de la travesía, el primer piloto de la historia de un coche volador no identificado reconoció que fue “peligroso” y no quiso entrar en detalles sobre la legalidad de la acción llevada a cabo, si bien afirmó que el aerocoche es “totalmente legal”, también reconoció que el permiso para hacerlo volar no lo tenían.

Lauthon, un aventurero que tiene en su currículum retos como haber subido la montaña más alta de cada continente –”incluido el Everest”, dice con orgullo– o haber viajado al Polo Norte y la Antártida, quiso centrarse en la vertiente humanitaria de la misión.
 


El lado humanitario de la locura del ‘aerocoche’

Sky Expedition, además de ser un vehículo para dar rienda suelta a las locuras aventureras de sus miembros, tiene una vertiente humanitaria, como quiso dejar claro Neil Lauthon, el intrépido piloto del aerocoche. Así, Sky Expedition promociona el progra Alive and Kicking, que fabrica balones de fútbol y voleybol y redes deportivas en las zonas más pobres de Kenya, Zambia y Suráfrica, “dando empleo a más de 150 trabajadores”. Además, Lauthon explicó que los balones llevan todos un mensaje contra el SIDA, la malaria y la tuberculosis, por lo que “los profesores y los entrenadores pueden usar el deporte para hablar a la gente joven sobre los riesgos para su salud, además de llevar la diversión a los niños más pobres de África, porque”, bromeó el británico, “el fútbol nos vuelve locos a los ingleses, los españoles y los africanos, es un lenguaje universal”.
 


UGT denuncia lo peligroso de la maniobra

El secretario general del Sector de Administración General del Estado (AGE) de la Unión General de Trabajadores (UGT) de Ceuta, Juan Miguel Cubo, señaló que “aún reconociendo la vertiente caritativa de esta aventura, hay que recordar que no es el procedimiento ni la forma, ya que han podido haber puesto en peligro a los trabajadores del helipuerto o al personal civil que pudiera estar en los alrededores del mismo”. El sindicalista puso de relieve que “la base de operaciones del helipuerto no tenía conocimiento de la llegada de este vehículo a Ceuta, lo que podía haber ocasionado muchos problemas”, advirtió.
 

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