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sociedad - MARTES, 3 DE FEBRERO DE 2009

 

casas regionales

Fernandez Miró presentará a los ceutíes “las particularidades del carnaval gaditano”

CEUTA
José Manuel Rincón

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La Directiva de la Casa de Ceuta en Cádiz está ultimando todos los preparativos para celebra la fiesta más arraigada de la ‘Tacita de Plata’, su Carnaval.

Para ello los ceutíes afincados en Cádiz podrán disfrutar el próximo día 6 de febrero y a partir de las 20.00 horas de una charla coloquio que correrá a cargo por parte de Salvador Fernández Miró ‘El Dentista’, uno de los romanceros más prestigiosos y con más gracia de Cádiz, el cual acudirá a la sede ceutí para hablar sobre ‘Las particularidades del Carnaval gaditano en la calle’.

A este respecto, desde la directiva de la Casa de Ceuta en Cádiz se ha destacado que dada la simpatia y el “arte” que tiene este gaditano de pro, todos los que acudan a esta cita del próximo viernes entrarán en la fiesta grande de Cádiz, con sus romances y gracejo, conociendo mas a fondo como se desarrolla el carnaval en la calle, en los callejones y plazas.

El propio presidente de la Casa de Ceuta en Cádiz, Silverio de la Yeza Chico, afirmó que esperan que la asistencia sea masiva como merece la ocasión y aseguran de antemano el pasar una tarde muy chirigotera.

Un romancero

A este respecto y para los que no conozcan esta modalidad, les diremos que un romancero no es más que una persona que interpreta un romance, que se compone básicamente de texto más ilustraciones.

Sin duda, el romancero tiene unos orígenes históricos, que se remontan a los propios inicios de Carnaval de Cádiz, siendo una especie de pregón o manifiesto critico-burlesco que se representaba por las calles.

Comentar que los romanceros gaditanos llevan, al igual que casi todas las modalidades del carnaval, un disfraz o “tipo”, relacionado con el tema tratado y que debe llevar puesto para interpretar su obra.

Cada romancero lleva además un tablón o cartelón con dibujos, siendo la base para la explicación.

Finalmente hay que destacar que el cartelón se pinta tradicionalmente por ambas caras y en la mitad del repertorio aproximadamente se procede, no sin cierto cachondeo ceremonioso, a darle la vuelta. Se suele acompañar de un palo, vara u otro artilugio con el que golpea el tablero entre estrofa y estrofa.
 

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