PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MARTES, 3 DE FEBRERO DE 2009

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Siempre, a lo largo de toda mi vida, he sido un amante de la ley. La ley se puede equivocar, porque está hecha por los hombres y los humanos siempre estamos predispuestos a cometer errores. Pero la ley, con sus posibles errores, está para cumplirla y para acatarla con todas sus consecuencias, y aquel que no la cumpla ya sabe lo que le puede esperar, un castigo.

No se puede ir contra nadie, acusándole de algo, diciendo que le acusa porque se lo han contado y, después de hacer la acusación alegar que no puede decir el nombre de quien le ha contado semejante caso. Esa acusación sin testigo que justifique la misma, da la sensación, no extraña, que se trata de un montaje absurdo para hace daño a alguien.

Las acusaciones, para que tengan un viso de realidad, se han de hacer con todas las consecuencias y con pruebas suficientes de que son ciertas, y no basándose en simples rumores o porque un día uno que no tenía nada que hacer me lo contó.

Acusar, por acusar, sin prueba alguna de que esa acusación es cierta, es un delito que tiene castigo por difamación y calumnia, hacia la persona o personas que se ha acusado sin prueba alguna, y la ley tiene resortes suficientes para condenar a quien o quienes hayan realizado esa acusación basada en simples rumores.

A veces, por circunstancias de la vida, algunas personas por intereses, realizan acusaciones falsas por aplicar aquello de critica que algo queda después la realidad, por ser diametralmente opuestas a esas acusaciones, tienen el efecto bumerang y se vuelve contra aquel o aquellos, que por querer ser el niño en el bautizo, el novio en la boda y el difunto en el entierro, se lanzan a realizarlas como el que se lanza sin paracaídas desde diez mil metros de altura. Talegazo seguro.

Esa actitud de lanzarse sin paracaídas desde esa altura, es sólo el recurso que les queda a todos aquellos de mentes calenturientas que han perdido el oremus y ven como, cada día, se le viene más abajo el tinglado que tienen montado para seguir estando en el machito, sin querer darse cuenta de que el tiempo pone a cada uno en el lugar que le corresponde y, de esa forma a él o a ellos, les coloca en el furgón de cola sin posibilidad alguna de seguir avanzando, todo lo contrario retrocediendo a pasos agigantados hasta caer en el pozo del olvido.

No entiendo, como todos estos que realizan tales acusaciones sin comprobar si tienen viso de realidad o alegando que la hacen porque se lo han contado, se autodenominan personas inteligentes. Las pruebas me viene a demostrar que de inteligentes tienen lo que yo de premio Nobel de Literatura.

Pienso que todos ellos, son personajillos acabados, a los que no les queda recurso alguno para seguir pareciendo ser alguien en esta tierra. En realidad nunca fueron nada, pues cuando tuvieron la ocasión que, ahora, con tanto afán buscan, cometieron errores de bulto, que dice muy poco en su favor de esa capacidad intelectual que ellos mismos dicen poseer. A no ser que sus cerebros carcomidos por el gusanillo de la ignorancia lo hagan, cada vez, mostrase tal y como son, unos ignorantes.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto