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OPINIÓN - MARTES, 3 DE FEBRERO DE 2009

 

OPINIÓN / SNIPER

De Taza a Mekinés
 


José Luis Navazo
yebala06@yahoo.es

 

La densa masa de nubes negras al pie del “yebel Zerhoum” vomitaba una catarata de agua, por lo que fue un alivio aparcar para darle alimento al cuerpo (no solo de espíritu vive el hombre) y, de paso, pergeñar para ustedes las presentes líneas. Al final, el imperativo de la distancia impidió mi asistencia a la concentración que por motivo de los acontecimientos en la Franja de Gaza convocó, con fino olfato y buen criterio, el joven político socialista José Antonio Carracao para ayer día 2 (al menos esas eran mis últimas noticias) y a la que había comprometido mi solidaria asistencia. Paz para Israel, paz para Palestina: shalom, salam.

Salí de Taza con la fresca y un tímido sol que nacía mientras ascendía por el Col de Touahar, avanzando en dirección a Mekinés siguiendo un paisaje que, en ocasiones, guardaba semejanzas (será por los picos nevados en lontananza) con el Camino de Santiago a su paso entre la señorial Astorga (romanizada capital de los astures) y el mágico Bierzo. Atrás quedó el Día del Señor y con él la ruta de Bab Bou-Idir, con sus caudalosas cascadas rompiendo a la vera del camino, las viejas tumbas merinidas (o benimerines) en el valle y la nevada carretera que atraviesa parte del Parque Natural del Tazzeka, con su montaña homónima de 1.980 metros de altitud. En la zona me comentan la controvertida introducción de muflones y la abundancia de jalufos salvajes (jabalíes) en los bosques, mientras una chiquillada aterida de frío se agolpa curiosa al lado del vehículo. Prácticamente incólume a la depredación del voraz turismo, pese a ciertas tímidas medidas para introducirlo, la montañosa comarca despliega para el caminante toda su riqueza de recursos naturales. Ya bajando para Taza, en lo alto de la alcazaba, parecen compartir espacio un puesto policial y la sede del Grupo de Escultismo (los “boy scouts” de Baden Powell) de la región, junto a uno enorme pintada del ubicuo Partido del Istiqlal (Independencia).

En Mekinés caía a modo de “orbayu” una fina lluvia y fue un alivio entrar en la sencilla pero elegante “vila” (chalet para entendernos) de su aun alcalde, Aboubakr Belkora. El alegre fuego de la chimenea ambientaba la estancia ofreciendo la misma cálida bienvenida que su anfitrión, al que no veía desde el pasado julio. Dos diputados y el secretario provincial del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), Rachid Talbi, departían con el aun alcalde quien daba por seguro su exclusión como regidor de la imperial villa por designio del Gobierno de El Fassi. En un momento de nuestra larga y densa entrevista Belkora, con emoción contenida, defendió a capa y espada su honorabilidad (de la que este escribiente no duda) y su disposición a “seguir luchando por el Pueblo y por el Rey” además de recurrir a los tribunales. A las 16.00 locales estaba prevista una concentración de protesta -y de paso para arropar a Belkora- frente a la “Baladía” (ayuntamiento), a la que asistiría desde Rabat el presidente del Consejo Nacional del PJD, Saâd El Othmani. De todo ello les escribiré en otro momento, porque al “affaire Belkora” todavía le queda tanto camino por recorrer como credibilidad al proceso electoral marroquí y, la paternidad responsable, me impele a seguir ruta sin demasiada tardanza. Pero a lo mejor el Primer Ministro Abbas El Fassi ésta vez no se va de rositas… Malos prolegómenos para las trascendentales elecciones del 12 de junio.
 

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