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OPINIÓN - VIERNES, 6 DE FEBRERO DE 2009

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Según me he enterado, bien enterado por cierto, hay algunas chirigotas y comparsas que no quieren que los presentadores del pasado año, Jaramillo y Creo, vuelvan este año a ser los maestros de ceremonia en la presente edición. Cada uno, por supuesto, es muy dueño de exponer sus causas o motivos, en la que nosotros ni entramos ni salimos, porque todas las opiniones son igual de respetables pero, a pesar de ello, no entendemos muy bien esa determinación.

No vamos a entrar a valorar la actuación de los presentadores del pasado año que, desde nuestro particular punto de vista como profesional del asunto, hicieron bien su cometido. Naturalmente que como dice la famosa cuarteta “en este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo es según el color con que se mira”. Ellos, los que no quieren que vuelvan a repetir lo miran de una forma y yo, como profesional lo veo de otra. Distintos pareceres, distintas opiniones pero todas son igual de respetables.

El presentador o los presentadores de cualquier evento no inclinan la balanza hacia ningún lado de la misma intentan, por todos los medios a su alcance, que el fiel esté siempre en el centro de la balanza. Creer lo contrario es engañarse.

El presentador o los presentadores de cualquier espectáculo, siempre están en el punto de mira de los concursantes que, incluso le llegan a recriminar ciertas situaciones, por creer que les ha perjudicado. Nada más lejos de la realidad.

Recuerdo que presentando, precisamente, uno de los carnavales que tuve la suerte de llevar a cabo, los componentes de una de las actuaciones me criticaron porque según ellos, yo me dedicaba a mover los micrófonos para favorecer a quienes a mi me interesaban.

No me enfade, me limite a sonreír, haciéndoles ver lo absurdo de sus creencias. Por principio el sonido no dependía de mí, por mucho que tocara los micrófonos, cosa que nunca hice por tener un micrófono personal ajeno al resto, el sonido dependía de la mesa y los técnicos que la manejaban. Lo entendieron y me pidieron disculpas.

Hoy cuando los presentadores salen hasta debajo de las piedras, sin tener el menor conocimiento de lo que es presentar un espectáculo, me gustaría dar algunos consejos. El papel de prestador es tratar de hacer de un espectáculo malo que sea bueno y el bueno que sea el mejor y, naturalmente, formar parte de el mismo.

Para ello se necesitan unas cualidades que, desgraciadamente, no están al alcance de todos aquellos que suben a un escenario a presentar un espectáculo. Facilidad de palabra, conocimiento del público para saber a que parte del mismo hay que atraerse y, sobretodo, ser un actor que forma parte de ese espectáculo y que como tal, llegado el momento, tiene que actuar para impedir que el publico se venga abajo, manteniéndole siempre dentro del espectáculo formando parte del mismo.

El que no posea esas cualidades, lo mejor que puede hacer es no subirse a un escenario, evitando hacer el ridículo.
 

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